Pedro Barragán, Chinitas, 2021.
“Chinitas” es el título del primer trabajo discográfico del guitarrista flamenco Pedro Barragán, reside en Sevilla, donde se ha grabado el disco en febrero de 2021. La composición es suya por completo y la producción de Ulrich Gottwald, la edición de Amanda Cuesta, La caníbal SCCL, la ilustración de Joel Tidey y la gráfica de Roger Adam. El trabajo está dedicado a las calles del Polígono Norte de Sevilla.
Pedro Barragán nace en Barcelona en 1979. Estudia guitarra flamenca en el Conservatorio Superior del Liceo de Barcelona. Ha tenido como maestros a Manuel Granados, Juan Habichuela, Miguel Ángel Cortés, Manolo Franco, Niño Pura, Eduardo Rebollar, Gerardo Núñez o Rafael Riqueni, algunos de ellos en la Fundación Cristina Heeren. En dicha fundación, tan útil para el flamenco, pasó a profesor auxiliar en las clases de artistas como José de la Tomasa, Esperanza Fernández, Milagros Mengíbar, Carmen Ledesma o Rafael Campallo.
Ha acompañado a figuras como Chano Lobato, Fernando de la Morena, Nano de Jerez, entre otros. Ha participado en el Festival Flamenco de Nou Barris (Barcelona), Festival 30 Nits (Sabadell), Peña Flamenca la Platería (Granada), Festival de la Unión (Murcia), Teatro el Monte (Sevilla), Flamenco en France (París), Teatro Komedia (Brighton), etc.
Ha recibido en diversos concursos los premios: tercer premio en el Concurso de acompañamiento al cante de la Fundación Cristina Heeren, celebrado en Córdoba en Julio de 2004 o primer accésit en el Concurso de guitarra flamenca de Calasparra, celebrado en Agosto de 2005. Ha actuado junto a la vocalista de jazz Sabina Witt o con la formación de música oriental que lidera Gani Mirzo.
Pero su primer trabajo en solitario llega ahora en 2021 con “Chinitas”, un compendio de toques minimalistas, de breve duración, que pueden escucharse, desde el principio hasta el final y con deleite. Él mismo no ha querido numerar los cantes en la carpeta del cedé, sino ponerlos de forma circular y así hay toques y referencias de, literalmente, serrana, alegría, soleá, guajira, bulería, malagueña, soleares, tango, minera, cantiña, granaína, seguiriya y peteneras (así, en singular o en plural, lo vemos). Y en la otra parte, a modo de títulos, dieciséis referencias: El ángel, San Diego, Villegas, Calle Pensamiento, etc.
Como cualquier crítico o aficionado podrá comprobar, estamos ante una obra peculiar, distinta, con un enfoque ciertamente original por tanto. Una sucesión de toques reconocibles en su estructura rítmica flamenca y a la vez con una patente creatividad. Asoman variadas influencias de maestros de la guitarra pero siempre con una personalidad propia, así, por ejemplo, los trémolos -en las alegrías, en las soleares…- nos llevan a Riqueni pero Barragán los hace suyos con una delicadeza musical grande, con intimismo sonoro que se cuela en el receptor sin remedio, y se agradece tanta belleza y sensibilidad.
Con esta técnica tan de nuestro gusto nos quedamos y destacamos también la mezcla elegante de la tradición y la personalidad propia, o la combinación tan idónea en algunos estilos entre lo vivaz y juguetón y en otros, en cambio, la sobriedad y la magia de un toque preciso y creativo. Un buen trabajo, ópera prima de calidad musical y, desde luego, muy flamenca. Si el flamenco es un arte creativo con tradición y cánones no obstante, y que llega a traspasar a menudo, Pedro Barragán ha dado con la clave.
Escrito por José Cenizo Jiménez
Desde España
Fecha de publicación: Invierno de 2022
Artículo que vió la luz en la edición nº 42 de Sinfonía Virtual
www.sinfoniavirtual.com
ISSN 1886-9505 |