Javier Patino. Deja que te lleve. Rock-CD Records, 2019.
Con Javier Patino, guitarrista jerezano nacido en el barrio de San Miguel en 1974, la perspectiva monolítica, y ya casi tópica, que se pueda tener sobre la llamada “escuela de Jerez”, está quizás en entredicho. Formado en su ciudad natal con José Luis Balao y el Carbonero, como la gran mayoría de los profesionales jerezanos de su generación, añade en este proceso a Manolo Sanlúcar, y sobre todo a Gerardo Núñez, concertista y amigo del que, según sus propias palabras, más influencia ha recibido. De alguna manera, presenta el mismo perfil inquieto y dinámico, no estático y anclado en el toque jerezano “de siempre”, por circunstancias, intuimos, de una actividad profesional intensa, ligada al baile contemporáneo. Colaborando, componiendo por encargo, y tocando la parte musical guitarrística en varias compañías actuales de danza y baile, con largos viajes de gira por los cinco continentes desde hace varios años, ha sumado en su proceso creativo un poso de experiencias y vivencias artísticas, plasmado en una obra solista, con tres grabaciones que pasamos a comentar.
La huella de la técnica virtuosa sobre el toque tradicional de Jerez, desarrollada por Gerardo Nuñez, aparecía ya nítidamente en la pulsación de pulgar en los bordones y en el trémolo de la rondeña “a oscuras” de Media vida (2009, Dezza Producciones/Javier Patino). Un disco de carácter vivencial producido por Tino Di Geraldo, donde el plantel de colaboradores (Alexis Lefebre, Tino Di Geraldo, Pablo Martín, Tomasito, Cepillo, Javier Barón, Carlos Grilo, David Lagos) era ya toda una garantía de profesionalidad en lo experimental. No solo por el acompañamiento y diálogo con los violines, violas y contrabajo en varios temas, sino con afinaciones novedosas, como la de los fandangos de Huelva “Marinero eterno”, que dedicaba a su maestro José Luis Balao, interpretados inusualmente con el toque “por medio”, con la segunda cuerda desafinada en La, o la soleá “Zapatitos negros”, que dedicaba a Manuel Soler, y que compuso para la obra Dime de Javier Barón, compuesta en el modo flamenco sobre Si, con la sexta desafinada en Si. En este último caso, se podía escuchar de nuevo la huella de Gerardo Núñez -y de su seguiriya “Remache” (Jucal, 1996)- prolongada también en el tanguillo “Mundo nuevo”, con la sexta desafinada en Do sostenido, modo flamenco en el que escribía esta forma gaditana.
El “jerezanismo” experimental de Javier Patino se confirmaba en el opus siguiente, con tres bulerías entre los nueve cortes de Oro negro (MPire Studio, 2015), una de ellas, “Pelirón”, dedicada de forma significativa a su amigo y referente Gerardo Núñez, las otras con el timbre o “metal de voz” inconfundiblemente jerezano de Jesús Méndez y de la Macanita, alternando de forma original secciones de voz a solo, otras con varias guitarras a modo de improvisación, y otra con los inevitables coros (en este sentido, la bulería “La Virgen de la Peña” constituye, según nuestra opinión, todo un ejercicio de “collage” de timbres flamencos jerezanos), con evocación al maestro Manolo Sanlúcar en “…de muleta” (Tauromagia, 1988), por los registros agudos de La Macanita en la canción por bulería en tonalidad menor, titulada “Alfarero”. A ello sumaba, además de una guajira, una farruca arpegiada casi irreconocible en la forma, “Azahar”, con el color jazzy del saxo tenor de Diego Villegas y del bajo de Víctor Merlo, afán experimental con la guitarra a solo en la malagueña “Mi arriate”, cuyas modulaciones dejaban perplejo a quien buscaba el toque tradicional “por arriba” y la modulación a Do mayor de esta forma lírica clásica, y la bellísima fantasía “Oro negro”, composición contemporánea para guitarra flamenca, en la que Javier Patino expresaba libremente el contraste entre momentos de paz y otros de estrés, estados de ánimo en definitiva que suele conocer y por los que pasa y pasea el músico flamenco.
Con su tercer y último opus, Deja que te lleve (Rock-CD Record, 2019), Javier Patino, según propias palabras, sigue en la línea conceptual, fuera de modas, que ha seguido y sigue marcando su proceso creativo. Su “jerezanismo” experimental militante aparece y se confirma de nuevo, con Gerardo Núñez como guía y amigo motivador. Escribe en tono poético el texto de presentación que podemos leer al abrir el CD, y es la primera persona a quien refiere Javier Patino en los agradecimientos. Por otra parte, las referencias culturales a Jerez aparecen constantemente, como lo pone de manifiesto el guitarrista en sus entrevistas, calificado claramente como “embajador de su ciudad” por el periodista especializado en flamenco José María Castaño.
El gusto por nuevas afinaciones, desafinando en registros más graves los bordones (sobre todo la sexta), recepcionado con la discografía de Gerardo Núñez, aparece de nuevo en las primeras notas del disco, con los tangos “A dos y tangos”. Javier Patino gusta del sonido grave en la guitarra, y la exploración de este recurso forma parte ya de su paisaje sonoro, sellando de alguna manera su personalidad. Podemos oír aquí uno de los trazos del “jerezanismo” experimental aludido anteriormente. Desafinar la sexta cuerda de la guitarra más grave que el Mi de su afinación natural, e incluso del Re habitual por rondeña y formas en Re menor como la farruca, o Re mayor como la guajira, puede plantear problemas tímbricos, al estar demasiada destemplada la cuerda, lo que suele producir sonidos chasqueados “parásitos”. Sin embargo, el toque tradicional de Jerez, por su forma de pulsar y rasguear, por la baja altura de cuerdas de la guitarra que suelen utilizar los tocaores y tocaoras de esta ciudad, gusta de y ha desarrollado un sonido característico, con estos roces de cuerdas y chasquidos. Es este sonido, en un registro más grave, el que oímos y reconocemos en el toque de Javier Patino. Por su gravedad, permite además un brillante contraste con el registro agudo de la guitarra, recurso que Patino sabe utilizar en sus trémolos, como el que cierra estos tangos.
El gusto por el sonido grave de la guitarra, por su registro dramático, queda confirmado en el corte siguiente, la seguiriya “Andalucía”, su tema preferido según comenta en entrevista en Jerez TV. Por su dinámica contrastante entre secciones aceleradas sobre el compás de seguiriyas, y otras casi libres de ritmo, podemos intuir una coreografía como guión previo de composición. Esta dinámica aparece incluso en el seno de las falsetas iniciales, alternando partes tradicionales jerezanas de pulgar y ligados o veloces arpegios rítmicos, y otros lentos con armonías abiertas. El chelo y el violín como instrumentos elegidos para mantener la melodía sobre los arpegios graves de la guitarra, confirman la interpretación dramática, “jonda”, que tiene Javier Patino de Andalucía.
El tercer corte, “Como una rosa”, indica “petenera” como palo flamenco, una forma casi inexistente en el repertorio actual a solo de guitarra, como lo es por otra parte en el cante, quizás por la fama de mal fario que ha tenido durante décadas entre los artistas flamencos y sus propias supersticiones rituales. Una vez más, intuimos que se trata aquí de una composición contemporánea para una coreografía, al aparecer claramente la forma petenera solo al final, con su característica cadencia andaluza, que Javier Patino deja suspendida sobre el segundo grado como rasgo transgresor. Por lo demás, escuchamos sonoridades arpegiadas, con referencia a Levante al principio, que Javier Patino pasea a modo de modulaciones por el mástil, con el apoyo del violín y del chelo en una sección libre, y otra rítmica evocadora del ritmo de petenera, reafirmando con el trémolo su gusto por el registro lírico dramático.
Una fantasía arpegiada libremente preludia de nuevo el corte siguiente, la bulería “Jerez”, que el guitarrista meterá bruscamente a compás, para pasar a “lo jondo”, el toque tradicional de Jerez “por medio”. En un alarde polifónico del mejor acompañamiento, jugará con los contrastes de tres planos: el de la melodía de las voces, el de las palmas, los jaleos y sus cierres, el de la guitarra que va y viene constantemente para disfrutar con ellos. Impresionante y espectacular será la producción en los acompañamientos, diferentes para la voz de Fernando de la Morena y la del Salmonete. Javier Patino sabe sacar el mejor partido del contraste entre dos voces muy jerezanas, pero diferentes en el timbre, en lo expresivo y en lo rítmico. Verdadero ejercicio de virtuosismo sobre la dinámica de la bulería de Jerez, donde hasta las voces de los que jalean y su variedad de timbres o “metales” se oyen en los recovecos justos, solo cabe exclamar con ellos “¡Arsa y toma, Patino mío!”. Una producción cumbre, que nos recuerda la que grabó Paco de Lucía con Fernando de la Morena y el Capullo de Jerez, acompañando el himno de Andalucía (Szena Record, 2005), con producción de Isidro Muñoz.
Seguirá evocando a Paco de Lucía y su famosa “canción de amor” (Zyryab, 1990) en la balada “Pepa”, también formalmente referida como “Canción de amor”. Desde que Paco de Lucía puso esta forma en circulación en el repertorio moderno de guitarra flamenca, a su vez basada en uno de los temas del disco Touchstone (1982) de Chick Corea, la suelen cultivar los guitarristas flamencos a dúo con un pianista, en este caso Patino con el piano de Pablo Suárez, y las percusiones de Javier Ruibal.
Abordará el tanguillo “Flores” en arpegios, recordando de esta forma a Gerardo Núñez, pero combinando en su caso el contraste original entre una primera parte con armonía abiertas en tonalidad mayor, y otra tradicional en tonalidad menor, con referencia al carnaval de Cádiz, con la voz coplera de Gema Caballero, el laúd y bandurria de Alberto Artigas, y las percusiones de Tino Di Geraldo. Un feliz maridaje entre dos mundos armónicos que transitan con naturalidad, y pone en valor de nuevo las capacidades de mando de Javier Patino en las tareas de producción.
Con el tema “Deja que te lleve”, recurrirá otra vez a la bulería, ahora en una expresión más moderna, arpegiada sobre la base rítmica de las percusiones de Carlos Merino y las palmas del Quini y Javier Peña, después de una introducción clásica al modo jerezano. En este sentido, volveremos a encontrar a Gerardo Núñez como referencia, con el impresionante bajo eléctrico de Ricardo Piñero para asegurar el registro grave, tan cuidado por Javier Patino, convirtiendo esta bulería en definitiva en un dúo bajo/guitarra.
El “jerezanismo” experimental de Javier Patino terminará con una sentida coda, con la marcha procesional “Santo Crucifijo de la Salud”, forma que le permitirá trabajar la guitarra y sus timbres, con las percusiones de tambores y timbal de Álvaro Morón García y el pandero de Raúl Botella. La guitarra permite su propio efecto de tambor y de corneta, que los guitarristas clásico-flamencos del XIX y primera mitad del siglo XX han explotado como recurso llamativo en sus variaciones de aires nacionales y aires andaluces. Desde la Jota Aragonesa, pasando por el Sitio de Zaragoza, no han faltado concertistas, para convertir rápidamente y en directo a la guitarra en una mini banda militar o municipal. De forma sencilla y solemne, Javier Patino trabaja los diferentes registros de la guitarra, entre bordones, armónicos y arpegios en el registro agudo, para convertir su guitarra en tambor y corneta, esbozar una melodía modal (y andaluza por consiguiente) en los bordones, garabatear el trazo de una toccata, para pasear su guitarra de madera por las calles de Jerez, y cantarle a su santo.
En definitiva, la obra de Javier Patino –y especialmente su último opus Deja que te lleve–es la de un guitarrista marcadamente anclado en la tradición guitarrística de su ciudad, Jerez de la Frontera, a la vez que dinámico y receptivo a los sones y maneras del tiempo que le toca vivir, en su caso, el de viajar fuera de fronteras, componer y tocar para innumerables compañías de baile y danza contemporánea. Un jerezano ciudadano del mundo, siguiendo la estela de su amigo y maestro, Gerardo Núñez.
Referencias
Interpretación del Concierto de Aranjuez el pasado verano en Ayamonte (Huelva), invitado por la Orquesta Clásica de Huelva, en Diario de Jerez.
Entrevista a Javier Patino en el programa Flamencomanía.es, de Jerez TV. En línea.
Entrevista a Javier Patino en el programa “Los caminos del cante”, donde además se pueden escuchar amplios fragmentos de los cortes del disco. En línea.
Escrito por Norberto Torres
Desde España
Fecha de publicación: Invierno de 2022
Artículo que vió la luz en la edición nº 42 de Sinfonía Virtual
www.sinfoniavirtual.com
ISSN 1886-9505 |