Una imagen de ensueño. Música para piano de Albert Ketelbey. Naxos, 2021.
El compositor Albert William Ketelbey hació en 1875 en Birmingham. Poco sabemos de su infancia, salvo que con once años dio un concierto de piano en el ayuntamiento de Worcester en el que tocó una sonata compuesta por él. Se ha dicho que Edward Elgar asistió a la velada. A los 13 años consiguió una beca para el Trinity College of Music de Londres como alumno y más tarde continuò allí como examinador. Mientras estaba en el College logró publicar muchos artículos breves y también algunas piezas de salón y otras educativas. Colaboraba con dos editoriales, Chappell y Hammond, realizando transcripciones que alcanzaron cierta popularidad.
En 1907 había aceptado un trabajo como empresario en la Columbia Record Company y, con los años, ascendió hasta convertirse en el director musical de la misma. Después de la Primera Guerra Mundial, esta empresa se convirtió en la principal editorial de Ketelbey. El equilibrio del mercado había cambiado, y la música ligera se grababa casi exclusivamente en versiones orquestales. Por primera vez, la música de Ketèlbey se publicó simultáneamente en dos versiones, piano y orquestal.
En 1929 fue proclamado en la Performing Right Gazette el compositor vivo más grande de Gran Bretaña', sobre la base del número de interpretaciones de sus obras. Que pudiera ganar tanta popularidad irritaba a los compositores menos exitosos, y había frecuentes evidencias de celos profesionales. El crítico Ariel, que escribía en The Musical Times , se burló de su "pseudo-orientalismo económico" y declaró que "En un mercado persa hay mala música, sin habilidad ni calidad convincente de ningún tipo".
Mala música o no, se ha grabado en todo el mundo más de 460 veces. A finales de la década de 1920, el éxito de Ketèlbey como compositor fue lo suficientemente grande como para poder dejar su puesto en Columbia y dedicarse a la composición. Cada año hacía una gira por los balnearios para ofrecer conciertos especiales que incluían sus últimas novedades, siendo siempre muy aplaudido.
Pero las giras anuales cesaron poco después de la Segunda Guerra Mundial, porque los gustos cambiaban y la influencia del compositor decaía, así como los derechos de ejecución.de sus obras. De las obras publicadas en los años de la posguerra la mayorparte eran reelaboraciones de material antiguo. El compositor murió en diciembre de 1959 y en su testamento no permitió el acceso a sus papeles privados. En cualquier caso, una inundación en su casa de Hampstead en el invierno de 1947 probablemente había destruido la mayor parte de sus manuscritos y, por tanto, la oportunidad de una futura catalogación rigurosa.
El CD A Dream Picture (8.574299) reúne 25 piezas para piano. Ocho fueron agrupadas en 1922 en el álbum A Woodland Story, formando una suite de aroma campestre e infantil tras haber sido compuestas con anterioridad para ambientar películas mudas. El resto son piezas también breves, con títulos descriptivos que al escucharlas invitan a hacer uso de nuestra fantasía: A Dream Picture, Mirror Dance, A River Rêverie, The Shadow of Dreams… y la más conocida, In a Monastery Garden. Respecto a esta última, en 1910 llevaron a Ketèlbey con su amigo editor Joseph Larway a visitar al hermano de Larway, Edgar, novicio en Chilworth Priory en Surrey. La visita inspiraría la versión orquestal y una transcripción para piano. Los trinos de los pájaros, el canto de los monjes y las campanas son la base de su encanto.
Un disco evocador y complaciente, tanto más que su intérprete Rosemary Tuck hace gala de una depurada ejecución, muy limpia y expresiva.
Escrito por Joaquim Zueras Navarro
Desde España
Fecha de publicación: Invierno de 2022
Artículo que vió la luz en la edición nº 42 de Sinfonía Virtual
www.sinfoniavirtual.com
ISSN 1886-9505 |