Obras para saxofón de Eugène Bozza. Promedium Sax Quartet; Luis Mazza Riquelme y David Beltrán Martinez, saxofones solistas; Javier Mondéjar Caballero, piano. Sello Guindilla Records. 2019. Dos CD´s. Ref. GUI 328/CD
Adentrarse en la vida y obra del poco frecuentado Eugène Joseph Bozza implica descubrir todo un conjunto de pequeños aunque sustanciosos hallazgos que no dejan indiferente al melómano curioso e impenitente. Nacido en Niza en 1905, fue alumno de violín, composición y dirección de orquesta en el Conservatorio de París. Desempeñó el cargo de director de la Ópera Cómica y de la École Nationale de Musique en Valenciennes, en donde falleció en 1991. Como compositor frecuentó casi todos los géneros. En cuanto a la música de cámara reparó especialmente en los instrumentos de viento, mostrando especial empatía por las características y posibilidades de cada uno, en las que no falta el saxofón que es quizás en la actualidad por lo que más se le recuerda.
En ambos discos encontramos Siete obras de Bozza compuestas en 1964 destinadas a la docencia, su célebre Aria de 1936 con la que alcanzó cierto renombre y popularidad y Le Balançer, que no es de Bozza, sino un homenaje de Norberto López Núñez y Javier Mondéjar Caballero -dos intérpretes de estos CD´s- hacia el compositor y que recoge la esencia del músico francés. Son piezas escritas en un lenguaje ecléctico que nos remite a un tardorromanticismo inspirado.
Volviendo a las Siete obras no son en absoluto ejercicios sin más, sino piezas breves con títulos evocadores que aspiran también al cultivo de la expresión y el buen gusto: reminiscencias de bailes palaciegos en la Gavotte des Damoiselles, ecos del estilo galante en el Menuet des Pages, la creatividad popular algo melancólica y ensimismada de la Chanson a bercer, el aroma amable y ensoñador contenido en los Rêves d´enfant, el carillón entrelazándose con una melodía infantil en Le Campanile, el aire danzante un punto irónico de la Petite Gavotte, la imaginación de la Parade des petits soldats en el que la milicia desfila como por encantamiento pero con escasa convicción.
De mayor envergadura es el Aria, en la que es inevitable no pensar en compositores italianos del barroco desde una lejanía muy sugestiva, sobre todo por sus progresiones modulantes. Respecto a Le Balançer, como ya hemos apuntado, nos invita a revisitar el mundo amable y contemplativo de la creatividad de Bozza. Ambos discos nos ofrecen la oportunidad de escuchar estas obras en cuatro formatos: a piano y saxofón que es como se compusieron, a saxofón acompañado por cuarteto de saxofones, en cuarteto de saxofones y a piano solo como sencillas hojas de un álbum para teclado.
Estos CDs nos devuelven a sonoridades del saxofón que algunos habíamos olvidado, eclipsados por sonoridades rotundas de un jazz en oposición a la delicadeza y versatilidad que desprende este disco. El cuarteto de saxofones, por ejemplo, se me antoja como un aterciopelado armonio francés de estupenda factura. A ello contribuyen unos intérpretes con un dominio y un fervor inusitado por el instrumento, además de una excelente toma de sonido.
Escrito por Joaquim Zueras
Desde España
Fecha de publicación: Verano de 2020
Artículo que vió la luz en la edición nº 39 de Sinfonía Virtual
www.sinfoniavirtual.com
ISSN 1886-9505 |