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INTEGRAL DE LA OBRA PARA ÓRGANO DE JOSEPH GUY ROPARTZ

Joaquim Zueras
Crítico musical



(Nº 34, Invierno, 2018)


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DISCOGRAFÍA

 

Joseph Guy Ropartz: Complete Organ Works. Markus Eichenlaub en el órgano Aristide Cavaillé-Coll de la Parroquia de Santa María la Real en Azkoitia. 2 CD. Sello Aeolus (AE-10391)

Hace años, hablando con el organista Juan Luis Sáiz sobre la fascinación que sentía por algunas obras para órgano de César Franck, me invitó a escuchar las de Joseph Guy Ropartz, un digno sucesor del Pater Seraphicus, al que por entonces no conocía.

J. G. Ropartz (1864-1955) nació en Gingamp, Côtes d´Armadure, Bretaña. Por deseo de su padre estudió derecho hasta 1885, año en que ingresó en el Conservatorio de París. Tuvo por profesores a T. Dubois en armonía, J. Massenet en composición y algo más tarde a César Franck en órgano, a quien llegó a profesar una gran admiración. Director del Conservatorio de Nancy y después del de Estrasburgo, fue un compositor prolífico, escribiendo sinfonías, música de cámara, canciones, música sacra, etc., que a menudo él mismo dirigía en calidad de director de la Orquesta Filarmónica de Estrasburgo.

Como muchos compositores franceses de la época, pronto le sedujeron los órganos llamados sinfónicos, en concreto los de Merklin, Cavaillé Coll y Walker, los cuales le inspiraron un buen número de obras. Vaya por delante que el título del disco, Complete Organ Works es relativo, pues se ciñe a las obras de órgano con pedal obligado y no a las piezas para órgano o armonio recopiladas en la colección Au Pied de l´Autel, que suman cien y que en el disco se incluyen tres.

En cuanto a su obra para órgano podemos detectar influencias de  C. Frank, de Wagner y algunas modulaciones tonales debussistas. Utiliza un cromatismo a la manera de Franck, así como la modulación continua, si bien el resultado es más denso; es expresivo pero poco dado a los desbordamientos y efusiones, es decir, en él pesa más el intimismo que la extroversión.

En el CD1 constan la ambiciosa y flamante Introduction et Allegro moderato, dedicada a Joseph Bonet; las Trois Pièces pour grand orgue: Sur un thème breton, un delicado  Intermède con un motivo fugado en la sección central, y una majestuosa Fugue dedicada a Léon Boëllmann; ocho piezas para las Premieres et Secondes Vêpresdes Saintes Femmes,  austeros comentarios del órgano para ser alternados con el canto gregoriano propio de estas funciones litúrgicas; la Rhapsodie sur deux Noëls populaires de la Haute-Bretagne, emotivo homenaje a su tierra natal;  un Offertoire Pascal basado en el conocido tema del gradual "Haec Dies"; Deux Petites Pièces: Andante con moto y Poco lento, ambas de atmósfera  franckiana;  tres piezas de Au Pied de l´Autel: un Allegretto muy melódico, un sinuoso Andante espressivo y un Allegro carillonístico.

En el CD 2  encontramos Trois méditationsde carácter contemplativo, en las que según el prestigioso musicólogo François Sabatier, comentarista de la carpetilla, podrían rivalizar por su complejidad con la concepción estética de Tournemire; las Six Pièces pour orgue agrupan un Prélude funèbre en si menor, dedicado a Guilmant, en el que se citan las ocho primeras notas del "Dies irae", la conmovedora Priere en mi mayor, una imponente y rítmica Sortie en si bemol mayor en la que algunos han apuntado semejanzas con la Pièce héroïque de C. Franck, el Thème Varié en sol menor, la Prière pour les trépassés en do menor como homenaje a Ernest Chausson tras su mortal accidente, y una amplia e imaginativa  Fantaisie en la menor.

Si escuchar las obras para órgano de Joseph Guy Ropartz constituye un placer, a ello se añaden dos alicientes más: la magnífica interpretación del organista alemán Markus Eichenlaub, por su claridad,  su oportuno sentido de la dinámica y una muy lograda distinción de los planos sonoros.  El segundo aliciente es poder escuchar estas obras en el órgano Aristide Cavaillé-Coll de la Parroquia Santa María la Real en Azcoitia con una toma de sonido óptima. Fue inaugurado en 1898 con el instrumento a cargo del Barón Fernand de la Tombelle, amigo de Guilmant y Saint-Saëns. Sólo ha sido restaurado en 1976 y limpiado en 1990 por Gabriel Blancafort, preservando su estado original.



Escrito por José Cenizo Jiménez
Desde España
Fecha de publicación: Invierno de 2018
Artículo que vió la luz en la edición nº 34 de Sinfonía Virtual
www.sinfoniavirtual.com
ISSN 1886-9505



 

 

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