Manuel Domínguez Gallardo, Manuel Castulo (o Cástulo) para el flamenco (Mairena del Alcor, Sevilla, 1970), es cantaor seguro, por derecho. Ha ganado más de sesenta premios, entre ellos Primer Premio de Soleá, Siguiriya, Tonás y Tientos-Tangos del Concurso de Cante Jondo “Antonio Mairena” en 1996 o Primer Premio del Nacional de Córdoba en 2013.
Nos entrega su tercer trabajo discográfico, tras el inicial “Castillo en el Alcor” (2003) y “El corazón por la boca” (2014). De la mano de La Droguería Music y del letrista e investigador Pedro Madroñal, que actúa de productor junto a Chemi López, este trabajo, “Entre tiempos”, contiene nueve cantes de gran calidad. Las letras son básicamente del citado Madroñal, aunque hay algunas de otros autores como García Lorca, Manuel Bohórquez, además de las populares. Echamos de menos las letras de cada cante en el folleto que acompaña.
Castulo es cantaor clásico, por derecho y a derechas, con una voz profunda y majestuosa, como dice Madroñal en la introducción. Cante bien expresado, con hondura, clásico, que sigue la tradición pero de forma personal, con un don especial como es convencer y cautivar a los aficionados.
El CD contiene nueve cantes. Demos un breve repaso a cada uno.
1. “La leyenda del tiempo”, bamberas que hizo Camarón con letra de García Lorca. Hace los primeros versos o tercios a palo seco, imprimiendo enjundia flamenca a nivel muy alto a lo que en Camarón puede sonar más cercano a lo acancionado. Hace la bambera clásica con el toque de José de Pura, que aporta matices y color al cante asentado del cantaor.
2. “Aylan Kurdi” es un taranto de contenido crítico y social dedicado a la tragedia del niño refugiado Aylan muerto en la playa cuya imagen dio la vuelta al mundo. La letra, de Pedro Madroñal, es la siguiente:
Están enterraos en el mar
inocentes cuerpos muertos,
enterraítos en el mar,
malditos sean los tiempos
en los que se tienen que ahogar
las almas que van huyendo.
El violín de Elisa Prenda acompaña con destreza y sensibilidad en este tema íntimo, jondo, mezcla de miel y de rabia.
3. “Triana”, seguiriyas y cabales, con el sonido preciso de José de Pura, se inicia con el “Reniego”, estilo que Tomás Pavón eternizara y prosigue con una seguiriya y cabales contundentes, todo entrega y conocimiento. Esta letra de Madroñal está muy lograda:
La sangre de su sangre
de la que a mí me ha parío
se haga carne en los corazones
de los niños míos.
4. “Compadre”, por soleá, con letras populares y de Madroñal y la guitarra de José de Pura, empieza con una letra a palo seco. Las letras aluden a Alcalá, con asuntos de amor, referencias al tiempo o tono sentencioso, y a Niño Elías, guitarrista admirado y querido por los aficionados y artistas del flamenco. Por aires alcalareños, con los Paula, Manolito María o el mismo Mairena en mente, pero también recordando a Juaniquí y otros, hace un cante lento, seguro, bien ligado y resuelto.
5. “Nadie”, fandangos, lleva letra del crítico e investigador Manuel Bohórquez, la primera dice:
Nadie puede imaginar
lo que se aprecia un abrazo
cuando te faltan los brazos
que alivian tu soledad
y consuelan tu fracaso.
Aquí está presente el toque de Niño Elías, homenajeado en la letra por soleá, como indicamos, fiel acompañante durante mucho tiempo de Manuel Castulo. Hace una introducción brillante, trémolos a lo Ramón Montoya, un pórtico de lujo en esta colaboración, un par de fandangos en la senda de lo que más recientemente hicieran Morente y luego el mismo Camarón. El cantaor sale airoso de este reto.
6. “A Perrate”, bulerías recordando a Perrate de Utrera, con un aire lebrijano, gastoreño y perrateño al que la guitarra de José de Pura se ajusta muy bien.
7. “Cristal y fuego” es una nana con letra de Pedro Madroñal y el violín de Elisa Prensa aportando dulzura:
Se encaja el cuerpo y el alma
entre suspiros
galopa fuerte mi sangre
no lloréis, hijos míos.
Misterio, amor y milagro,
cristal y fuego,
yo estaré a tu verita
en tus adentros.
8. Las alegrías “Sueño que sueño”, de nuevo con letra de Madroñal, aportan, al compás de la guitarra de José, alegría y picardía, con un Castulo por alto poderoso y contundente:
El barquito de mi amor
va patrás y va palante
según soplen tus suspiros
de poniente o de levante.
9. La saeta “Amargura” cierra el disco, con una entrada riqueniana de Niño Elías y luego letra de Madroñal a palo seco, como es preceptivo, con un espléndido desarrollo melismático y una entrega visceral con una voz robusta.
Pedro Madroñal habla de una voz profunda y majestuosa. Una voz para el flamenco clásico y eterno, el flamenco que encierra la tradición renovada. Como dice el propio cantaor, él no imita. Reinterpreta a su manera con su voz y su sentimiento. Estamos, como decimos, ante un cantaor de primera, que todo lo hace por derecho y a derechas, un hombre sencillo y afable que cuando canta nos hace sentir la utilidad del arte, del flamenco.
Escrito por José Cenizo Jiménez
Desde España
Fecha de publicación: Verano de 2017
Artículo que vió la luz en la edición nº 33 de Sinfonía Virtual
ISSN 1886-9505
www.sinfoniavirtual.com
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