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NOVEDADES DE COLUMNA MÚSICA

Joaquim Zueras
Crítico musical


(Nº 31, Verano, 2016)


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DISCOGRAFÍA

 

Sello: Columna Musica

Granados, en carta a su amigo, el compositor y pianista Joaquín Malats, declaraba:

He compuesto una colección de goyescas de gran vuelo y dificultad pianística... Me enamoré de la psicología de Goya, de su paleta. De él y de la duquesa de Alba, de su maja señera de sus modelos, de sus pendencias, amores y requiebros. Aquel blanco rosa de las mejillas, contrastando con blondas y terciopelo negro con alamares. Aquellos cuerpos de cinturas cimbreantes, manos de nácar y de jazmín posadas sobre azabaches, me han trastornado.

         Aquella obsesión fue tomando cuerpo, sometiendo el material al criterio de amigos y conocidos. Falla escribió:

Nunca olvidaré la lectura que, en casa de Joaquín Nin, nos hizo Granados de la primera parte de sus Goyescas. Esta danza tan luminosamente rítmica con la que empieza la obra, aquellas frases tonadillescas traducidas con tal sensibilidad, la elegancia de ciertos giros melódicos, unas veces impregnados de ingenua melancolía, otras de alegre espontaneidad, pero siempre distinguidos y sobre todo evocadores.

         La suite se compone de siete piezas divididas en dos series: la primera comprende Coloquio en la reja, El fandango del candil, Los requiebros y Quejas o la maja y el ruiseñor. La otra serie reúne El amor y la muerte, Epílogo: Serenata del espectro y El pelele. Douglas Riva opina que Goyescas (Ref:1CM0346) es una de las auténticamente grandiosas efusiones del piano romántico y una de las más importantes obras para teclado escritas en España. La primera serie de Goyescas se estrenó en 1911 en el Palau de la Música de Barcelona en  y en 1914 dio a conocer ambos cuadernos en la Sala Pleyel de París. Columna Música nos ofrece esta versión de referencia, teniendo en cuenta que su intérprete, Albert Attenelle, se formó como pianista con el insigne pedagogo Frank Marshall, quien le transmitió el mejor legado de la escuela pianística catalana. El resultado es excelente por su lirismo y equilibrio, de una calidez desprovista de toda afectación innecesaria.

***

Y siguiendo en el marco de este aniversario que encadena el centenario de la muerte de Granados con los 150 años de su nacimiento ha llegado a mis manos el CD Granados Piano: Cartas de amor (Ref. 1CM0352), conteniendo obras, algunas poco conocidas. Quizás la más divulgada es el álbum Valses poéticos / Páginas íntimas, una de sus colecciones más representativas por su gracia y exquisitez. Sobre las fechas en que fueron compuestos, hoy se acostumbra a situarlos alrededor 1894, mientras que antes se daba como probable el año 1886. Unos años antes Granados compuso un grupo de cinco miniaturas, la quinta inacabada, titulado Cartas de amor / valses íntimos como obsequio a Amparo Gal con motivo de su matrimonio. El Capricho español, de 1890, está dedicado al empresario Eduardo Conde, cuyo mecenazgo permitió a Granados estudiar en París. El casticismo y el andalucismo presentados con un refinamiento muy personal caracterizan esta composición. El Vals Carezza está dedicado a Pepita Conde, hija de su mecenas. De aire despreocupado y cercano al vals vienés,  estaría destinado a ser interpretado en los salones de la familia Conde, junto con otras obras de su invención. Granados compuso la Rapsodia Aragonesa en 1901, año de la fundación de su academia. Es una pieza con aire de jota que se despliega por toda la partitura y que resulta brillante en muchos momentos y de elevada exigencia técnica. Ya hemos dicho que en la música Granados se detectan dos tendencias: la nacionalista y la puramente romántica con claras influencias de Schumann y Chopin. A esta segunda línea pertenecen las Escenas Románticas, de una emotividad intensa, a veces complejas, incluso enigmáticas, que fueron estrenadas en el Palau de la Música en 1904. El cuaderno está dedicado a una de sus alumnas, María Oliveró. Se ha dicho que la dedicatoria suscitó los celos El de Amparo, su mujer, prohibiendo a Granados que volviera a interpretarlas. La intérprete de este disco, Yoko Suzuki, también ha sido alumna en la Academia Marshall, recibiendo lecciones de Alicia de Larrocha. Delicadeza de pulsación, dulzura en el ataque, admirable musicalidad, equilibrio en la intensidad y en la  expresividad  junto con un notorio conocimiento y adecuación de cada una de las obras.

 

Escrito por Joaquim Zueras
Desde España
Fecha de publicación: Verano de 2016
Artículo que vió la luz en la edición nº 31 de Sinfonía Virtual
ISSN 1886-9505
www.sinfoniavirtual.com



 

 

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