Sello: La Mà de Guido
 Siempre nos hemos felicitado de que la Asociación Joan Manén se haya propuesto la difusión de la obra del virtuoso violinista Joan Manén (1883-1971) Un músico autodidacta que a los siete años ya daba giras por América y a los quince sorprendía a los críticos de toda Europa, explorando siempre todas las posibilidades técnicas del instrumento. Pero el poliédrico Manén, paralelamente a sus actuaciones, también componía y muchas de sus obras fueron publicadas con amplia aceptación. El estilo de Manén es postromántico, con influencias germánicas (algunos han hablado de inflexiones wagnerianas) y en algunas ocasiones de leves pinceladas impresionistas. El CD Obres per a violí i piano 2 (LMG2138) reúne diez piezas que Manén concibió para sus ejecuciones siempre brillantes por lo que tenían de intrincadas dificultades, pero también hay en ellas momentos de un hondo sosiego muy placentero. Entre estas piezas están aquellas que rinden culto al lenguaje tardorromántico, como Elégie Op. 25, Romanza mística Op. A-46 o Interludio Op. A-30, mientras que otras reflejan un nacionalismo muy propio de la época, como Lamento Op. A-7(Concerto Espagnol), Aragón (jota) Op. 33 nº1 o Danza Ibérica nº1 Op. A-25. Para esta grabación se ha contado con la violinista polaca Kalina Macuta, actualmente parte integrante de la Orquesta Sinfónica del Gran Teatro del Liceo en Barcelona y que resuelve las dificultades propias de estas obras con una naturalidad asombrosa. Le acompaña al piano Daniel Blanch, alumno de Alicia de Larrocha, del que, como en anteriores ocasiones, ponderamos su toque claro y preciso, además de su refinado sentido en el sostenimiento melódico.
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El luthier Asier de Benito explica que a finales del s. XVI, al tiempo que la vihuela de mano caía en desuso, tomaba protagonismo la guitarra, a la que se le había añadido un quinto orden, y cuya forma ya describe Joan Carles Amat en su tratado “Guitarra española […] de cinco órdenes”, en 1596. Sigue diciendo que su técnica, en un principio basada en los rasgueados para acompañar danzas, heredó también los complejos punteados de la vihuela, ganando así versatilidad y aceptación en los círculos musicales de toda Europa. Alrededor de 1650, se atribuye al actor y músico italiano Francesco Corbetta la difusión del instrumento por la corte francesa de Luis XIV, y de allí se extendió a la Inglaterra de Carlos II. Durante el considerado período barroco, escribieron piezas para guitarra autores tan notables como Gaspar Sanz, Santiago de Murcia, Jean-Baptiste Lully o Robert de Visée. El CD Nouvelles étrennes de guitare. Música dels segles XVIII i XIX per a guitarra de cinc ordres (LMG2139) reúne obras de Antoine de Lhoyer, Salvador Castro de Gistau, Charles Doisy, Juan de Arizpacochaga, Fernando Ferandiere y Pierre Jean Porro. Composiciones en las que predomina un discreto aroma galante italianizante. Interpretadas por el músicólogo y guitarrista alemán Thomas Schmitt con una delicadeza y buen gusto envolventes.
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El CD Aires Gitanos (LMG2137) propone la escucha de obras compuestas por tres autores españoles a caballo del siglo XIX y XX, todas ellas de carácter nacionalista, sobre todo andalucista. Tienen la particularidad de ser transcripciones para violín y guitarra elaboradas por el guitarrista de esta grabación, Sergi Vicente. Las cinco primeras pertenecen a Pablo de Sarasate, virtuoso violinista y compositor famoso por la extrema dificultad que imprime en sus piezas. Lo podemos comprobar en las piezas de este disco, añadiendo el asombro por no ser difundidas con más asiduidad: Aires Gitanos, Op. 20; Romanza Andaluza, Op. 22, nº1; Playera, Opus 23, nº1; Zapateado, Op.23, nº 2; Introducción y Tarantella, Op. 43. Jesús de Monasterio fue uno de los mayores representantes de la orillada escuela violinística española. Tras cosechar notables éxitos por toda Europa como intérprete, se instaló en Madrid ejerciendo una importante labor docente. Adiós a la Alhambra es una de sus piezas más relevantes; romanticismo y orientalismo van de la mano en esta melancólica cantinela morisca. Finalmente, constan tres obras del gran teórico y compositor Manuel de Falla: La canción del fuego fatuo, que forma parte de la obra El amor brujo; La Suite popular española, originalmente para voz y piano; Danza de la Vida Breve, una obra de juventud para la cual Falla realizó una profunda investigación sobre la música nacionalista y el folclore. En esta grabación Ala Voronkova es la violinista, acompañada a la guitarra por Sergi Vicente. Ambos se muestran inspirados y compenetrados en estas obras llenas de luz y color.
Escrito por Joaquim Zueras
Desde España
Fecha de publicación: Verano de 2016
Artículo que vió la luz en la edición nº 31 de Sinfonía Virtual
ISSN 1886-9505
www.sinfoniavirtual.com
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