 Ningún drama sacro en modo gregoriano ha sufrido con el tiempo tantos cambios, versiones, olvidos, prohibiciones y transformaciones como El Canto de la Sibila (1CM0327). Así lo atestiguan los documentos que a partir del siglo X se han ido conservando y de ahí el particular interés musicológico por ver cómo se concibió la interpretación de esta obra apocalíptica en numerosos lugares de Europa a través de la historia. En el año 2010 El Canto de la Sibila fue declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. El archivo de la Catedral de Barcelona conserva dos preciosos códices de los siglos XIV-XV, una versión en latín y otra en catalán. Hace pocos años decidió recuperar la costumbre de interpretar El Canto de la Sibila en Nochebuena, alternando el canto llano con un estribillo polifónico, lo que crea un efecto de contraste sobrecogedor. Este CD es el testimonio de esta actividad, a cargo del Coro de Cámara Francesc Valls que, como siempre, muestra unas voces muy bien timbradas y cohesionadas y un oportuno sentido de la expresión y del tempo. A esto se añade una interesante carpetilla de la reconocida medievalista Maricarmen Gómez Muntané que da luz al respecto de los vericuetos en los se ha visto envuelto esta obra singular.
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 Columna Música, en el marco de la colección Jóvenes Intérpretes, Juventudes Musicales de España, presenta dos obras ejecutadas por el trío Gerhard (1CM0328). Beethoven había llegado a Viena en 1792, a la edad de 22 años, bajo el mecenazgo del conde Waldstein. Todo lo absorbe, todo lo asimila. Compone los seis primeros cuartetos a partir de 1797, que dedica a su maestro Haydn: los Op. 18. Son exuberantes, con muchos episodios de bravura que ponen a prueba al ejecutante. La influencia de Haydn y de Mozart es manifiesta, aunque ello no encorseta su personal lenguaje, siempre libre e imaginativo. El Cuarteto nº 3 en re mayor, que podemos escuchar en este CD, es todo él un modelo de delicadeza y equilibrio, hasta que la fogosa tarantela final despeja el panorama de sombras con una alegría contagiosa.
Entre los 69 y 74 años Leôs Janácek escribió sus más importantes obras de cámara. Entre ellas encontramos su Cuarteto nº1 inspirado en la novela Sonata a Kreutzer. El lenguaje de Janácek -apasionado y no exento de asperezas- podrá o no gustar, pero la partitura constituye todo un reto al que el Cuarteto Gerhard se entrega con inspiración y rigor. Aunque el cuarteto Gerhard nació en el 2010, ya es un referente por haber cosechado varios premios, como “El Primer Palau” 2012, y haber conquistado el reconocimiento unánime de la crítica y del público.
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 Las partituras del padre Antonio Soler están entre lo mejor del repertorio español del siglo XVIII. No obstante, sus seis quintetos han permanecido orillados hasta ahora. Fueron compuestos en 1776 y Samuel Rubio apuntó la posibilidad de que sirvieran para los conciertos que se celebraban en el salón circular abovedado de la Casita de Arriba, además de material pedagógico para el infante Gabriel, alumno del padre Soler. La Fundación BBVA ha presentado un doble CD de Columna (1CM0319) que recoge la grabación de esas obras innovadoras para su tiempo. Andrés Ruiz Tarazona, musicólogo y crítico, asegura no tener constancia de que en esa época existiese ningún quintero para teclado y cuarteto de cuerdas, una formación que se utilizó con cierta frecuencia posteriormente.
La pianista Rosa Torres-Pardo cree que la idea de mezclar el teclado con los instrumentos de cuerda es muy innovadora para el tiempo en que fue concebida. Recuperar y adaptar estas obras del patrimonio musical español ha llevado meses. Hubo que elegir el piano adecuado, probar violines, violas y violonchelos; escoger los arcos. John Stokes, violonchelista del Cuarteto Bretón, compara el proceso con "un viaje" en el que todos tuvieron la oportunidad de descubrir estas piezas casi totalmente ignoradas. "Era un crimen cultural", observa el músico. La excelente pianista Rosa Torres-Pardo se unió al Cuarteto Bretón, una agrupación que se ha creado una elevada reputación tocando música española desde su formación en 2003 con notable solidez, brillantez y refinamiento.
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 Los zaddikim nistarim, según la tradición mística judía, son santos ocultos, es decir, treinta y seis personas justas, gracias a las cuales el mundo no desaparece. Se dice que una de esas personas era un sanador y cuentacuentos que a mediados del siglo XIX deambulaba por las estepas del sur de Ucrania y que todos acudían a él fervorosamente para que los liberara de dolores y preocupaciones. Nadie ha podido realizar registros escritos de sus narraciones porque, según la leyenda, la tinta desaparecía tan pronto se plasmaban en el papel. No obstante, el recuerdo de esos cuentos se ha conservado en forma de espirituales melodías en la mente de los klezmorim de estas estepas. Sus instrumentos hablan de sonrisas y lágrimas, de adversidades, de felicidad, de dolor, de belleza y de encanto, porque transmiten serenidad y alegría como los amuletos del zaddik oculto.
Al melómano no familiarizado en la música de tradición judía, al escuchar los Tales of the Hidden Zaddik (1CM0326) le resultará inevitable pensar en las mejores czardas húngaras, tan plagadas de mordentes, glissandos, staccatos… al servicio de una expresividad muy visceral, en donde la melancolía y la alegría de vivir se alternan con adagios de una profundidad conmovedora y allegros radiantes.
La Klezmerata Fiorentina está compuesta aquí por Igor Polesitsky al violín, Ricccardo Crocilla al clarinete, Francesco Furlanich al acordeón y Riccardo Donati al contrabajo. Esta formación fue creada en el 2005 y se ha ganado el reconocimiento internacional merced a su innovador acercamiento a la música popular judía en Ucrania, que ellos recrean de un modo fascinante, a la manera de un excelente entretenimiento creativo.
Escrito por Joaquim Zueras
Desde España
Fecha de publicación: Enero de 2015
Artículo que vió la luz en la edición nº 28 de Sinfonía Virtual
ISSN 1886-9505
www.sinfoniavirtual.com
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