Gaspar Sanz: Sones de palacio y danças de rasgueado. Intérpretes Laberintos Ingeniosos. Sello Cantus C 9630
Es de agradecer al sello Cantus que, además del mimo que pone Carlos Cabello en sus producciones, haya también una capacidad de profundización en cada uno de sus discos. Porque ¿cuántos CDs hay en el mercado dedicados íntegramente a Gaspar Sanz? De ahí que de entrada aplaudamos esta oportuna iniciativa: Sones de palacio y danças de rasgueado.
A la poca difusión de las composiciones de Gaspar Sanz se une cierta aura de misterio respecto a su vida. Solo él nos informa al respecto, pero ocurre que al querer contrastar los datos que nos ofrece, estos a menudo conducen a obstinados interrogantes: dudas sobre su nombre, su paso por la Universidad de Salamanca, su viaje a Italia… En cualquier caso nos encontramos frente a un personaje de extraordinarias dotes musicales y literarias, y frente a un pedagogo indiscutible de la guitarra, quizás el más grande. Gaspar Sanz imprimió una pionera colección de piezas para guitarra española grabando él mismo las planchas de cobre que utilizó, probablemente porque, dado que en España casi no se imprimía música, difícilmente los impresores locales hubieran tenido los tipos musicales necesarios, o hubieran sabido usarlos. Además, no sólo incluyó toda su obra para guitarra en los tres libros que publicó a lo largo de dos años, sino que la acompañó del más completo y útil tratado para el instrumento escrito en esa época.
La colección incluye una gran cantidad de géneros musicales. En algunos casos son piezas originales sin ninguna conexión con material musical pre-existente, pero también presenta en sus libros variaciones que compuso sobre melodías y patrones armónicos bien conocidos y, finalmente, armonizaciones básicas de danzas que parecen hundir sus raíces en la música popular. Todo este material lo compuso para la guitarra de cinco órdenes (cuerdas dobles) de su época, que se tocaba usando dos técnicas principales: la del rasgueado y la del punteado, que Sanz lleva a su nivel más complejo y refinado. La música de Gaspar Sanz es colorista, vívida, armónicamente arriesgada, y extremadamente difícil de tocar, ya que exige de los intérpretes no sólo una gran habilidad de dedos, sino también un profundo conocimiento de los principales ritmos hispanos.
Javier Díaz-Latorre, uno de los miembros principales de los grupos de Jordi Savall, Hesperion XXI y la Capella Reial de Catalunya, está considerado hoy en día como uno de los mejores solistas especializados en los antiguos instrumentos de cuerda pulsada. Su técnica clara y precisa da una luz nueva a estas obras relevantes, mientras que su particular técnica añade color y autenticidad a los pasajes de rasgueado de las melodías populares. Utiliza una guitarra de cinco órdenes completamente encordada con cuerdas de tripa, que en sus manos produce un tipo de sonido muy envolvente y sugestivo. Un instrumento completamente encordado en tripa produce un sonido más suave y relajado que permite una técnica de punteado mucho más auténtica, favorece poder realizar una ornamentación verdaderamente barroca y, sobre todo, le da un color completamente diferente a la música. Otro aclamado especialista de la música antigua, el percusionista Pedro Estevan forma junto a Xavier Díaz-Latorre el grupo Laberintos Ingeniosos. Su contribución añade aún más vigor y dirección rítmica a la interpretación de algunas de las melodías de música popular más jubilosas del disco, ayuda a retener algunas de las pegadizas melodías de las danzas y añade majestad y nobleza a otras piezas más pausadas.
En resumen, estamos ante una variopinta colección de piezas que restituyen las instrucciones técnicas de Gaspar Sanz a su mundo sonoro original, pudiéndolas disfrutar en el marco de una excelente toma de sonido.
Escrito por Joaquim Zueras
Desde España
Fecha de publicación: julio de 2013
Artículo que vió la luz en la revista nº 25 de Sinfonía Virtual
ISSN 1886-9505
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