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Saint-Saëns: Segundo cuarteto con piano y quinteto con piano. Barcarola

Joaquim Zueras Navarro
joaquimzueras@hotmail.com
Crítico musical


(Nº 25, JULIO, 2013)


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DISCOGRAFÍA

Saint-Saëns: Cuarteto con piano, Op. 41; Quinteto con piano, Op. 14 y Barcarola Op. 108. Fine Arts Quartet; Cristina Ortiz, piano. Naxos 8.572904


Saint-Saëns compuso el segundo de sus dos cuartetos para piano, el Cuarteto para piano en si bemol mayor, Op. 41, en 1875 y dio la primera presentación el 8 de marzo de ese año en la Salle Pleyel con el violinista Pablo de Sarasate. La creación de la Société Nationale había infundido el estímulo necesario para la música de cámara francesa y Saint-Saëns fue un contribuyente notable al género. El primer movimiento se inicia con una serie de acordes de piano y continúa con un aire más apacible, el violín introduce un segundo tema lírico. Los cambios de estado de ánimo con la fuerza del Andante maestoso expuesto dramáticamente por el piano sorprende por la demostración de una notable destreza contrapuntística. Tras un rítmico y agitado tercer movimiento llegamos al final, un Allegro también vertiginoso con citas de los temas del primer movimiento y, segundo y concluyendo con rotundidad.

       La Barcarolle, Op. 108, para violín, violonchelo, armonio y piano fue escrita en 1897. Fue estrenada en La Trompette, sociedad musical formada por el aficionado entusiasta Emilio Lemoine, tenazmente apoyado por Saint-Saëns. En esta ocasión Saint-Saëns tocaba el armonio, que se limita principalmente a sostener al resto de solistas, y el piano estaba a cargo de Louis Diemer. Más tarde ofreció otra versión, para violín, viola, violonchelo y piano, que es la que en el disco se ha utilizado. Esta obra apenas conocida  es de un elevado lirismo, con el movimiento de vaivén de la góndola, introducida por la viola y el violonchelo, aumentando en intensidad para regresar luego a la poética calma del principio.

       El Quinteto para piano en la menor Op. 14, fue compuesto en 1854-55. Obra de juventud, la dedicó a su tía abuela Gayard, quien le cuidó desde pequeño. Tuvo que esperar diez años en ver el quinteto estrenado. La parte de piano reclama cierto virtuosismo, con el instrumento a menudo en el papel de solista de concierto. El primer movimiento se abre con solemnes acordes del piano, que después pasa a acompañar el tema siguiente en una guirnalda de semicorcheas en tresillos. El  segundo movimiento posee un carácter de himno pianístico, al que responden las cuerdas como alejadas. El Scherzo sigue sin interrupción  propulsado por la figuración de veloces semicorcheas. Finalmente el violonchelo expone el tema de una larga fuga, al que responde la viola, el violín segundo y el primer violín, pasando el piano a encargarse del acompañamiento antes de ofrecer su propia versión del material temático, en un primer momento en la mano izquierda en octavas, respondiendo la mano derecha en imitación, resultando un canon a la quinta. La obra termina de forma radiante, un logro muy importante en un compositor de veinte años y el testimonio de su propia habilidad como pianista.

       Arts Quartet nos brinda un sonido pletórico a la vez que equilibrado, con una cuidada gradación dinámica, afinación impoluta y elegancia en el fraseo. Cristina Ortiz vence todas las dificultades con magistral aplomo, entrelazándose con la cuerda con admirable precisión y equilibrio.

       



Escrito por Joaquim Zueras
Desde España
Fecha de publicación: julio de 2013
Artículo que vió la luz en la revista nº 25 de Sinfonía Virtual
ISSN 1886-9505



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