Chopin: Trío con piano en sol menor, op. 8 / Rondó para dos pianos en do mayor, op. 73 / Variaciones para piano y flauta en mi menor sobre un tema de Rossini, B. 9 / Vals melancólico para piano en fa sostenido menor, KKJb7 / Mazurca para piano en re mayor, KKJVb2. Kungsbacka Piano Trio. Emily Beynon, flauta; Philip Moore, segundo pianista. Naxos 8.572585.
La genialidad de las obras para piano solo de Chopin ha eclipsado ciertas composiciones de valor desigual en las que intervienen otros instrumentos, y orillado otras en las que existen razonables dudas sobre su autoría. Este CD nos ofrece ahora la posibilidad de adentrarnos en ambos terrenos, un asunto interesante, sobre todo para los seguidores del músico polaco.
Chopin compuso el Trío con piano en sol menor, op. 8 entre el verano de 1828 y principios de 1829. Lo dedicó al príncipe de Poznan Antoni Radziwill, violonchelista diletante. Es una bella muestra de la etapa temprana de Chopin, en la que emplea un lenguaje clásico; solo en el cuarto tiempo -en concreto en el primer tema del rondó-encontramos atisbos de lo que será más tarde el estilo inconfundible del compositor. Tras editarse la partitura en Leipzig en 1832, Chopin consideró que el violín cantaba con frecuencia en una tesitura media baja, lo que daba al conjunto un sonido algo opaco, y pensó que seguramente hubiera sido mejor haber asignado el papel del violín a la viola. Pese a esta duda, era una de sus obras preferidas y aunque en vida del compositor no se estrenó en público, sí que se interpretó con frecuencia en reuniones privadas.
El deslumbrante Rondó para dos pianos en do mayor, op. 73 fue interpretado por Chopin junto con su amigo y editor Julián Fontana en 1828 e impreso con carácter póstumo en 1855 (existe otra versión del autor para piano solo). Estructurado en cinco secciónes (A-B-A-B-A) es de un virtuosismo espectacular, basado en audaces contrastes entre la bravura y la ligereza, desprendiendo un aroma de brillante superficialidad.
Sobre la Mazurca para piano en re mayor, KKJVb2 existen dos versiones. Aquí se nos muestra la segunda, de 1832, fruto de la revisión a la que Chopin sometió la de 1829. Algo más elaborada que la primera, podemos detectar algunas diferencias como, por ejemplo, el añadido de una introducción.
Quién sabe si las Variaciones para piano y flauta en mi menor sobre un tema de Rossini, B. 9 fueron compuestas por Chopin. En cualquier caso, ambos compositores se conocieron durante sus etapas parisinas y en Viena, en 1829, Chopin asistió a una representación de La Cenerentola, que es en donde se encuentra el tema Non più mesta accanto al fuoco, motivo de estas cuatro variaciones de una gracia un tanto convencional. Escritas para el flautista Józef Cichocki, no fueron publicadas hasta 1955 en Varsovia.
También resulta dudoso haber atribuido a Chopin el Vals melancólico para piano en fa sostenido menor, KKJb7. El pianista y director de orquesta Maurice Dumesnil, que preparó su edición en Nueva York en 1932, explicó que un anciano sacerdote español le obsequió el manuscrito, asegurándole que la pieza era del compositor polaco. Pero ni ese manuscrito ni otro aparecido después tienen la grafía de Chopin y, por otra parte, aunque es un vals hermoso de rasgos chopinianos, no parece alcanzar el ingenio del resto de sus valses.
Un disco curioso que permite al oyente penetrar en un mundo de luces y de sombras, óptimamente ejecutado por un plantel de solistas excelente.
Escrito por Joaquim Zueras
Desde España
Fecha de publicación: enero de 2013
Artículo que vió la luz en la revista nº 24 de Sinfonía Virtual.
ISSN 1886-9505
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