Novedades de la Mà de Guido: Isaac Albéniz / Julián Arcas, Joan Manén, Frederic Mompou / Josep Soler
Cualquiera que conozca la obra pianística de Albéniz se da cuenta de que muchas composiciones contienen referencias explícitas a la guitarra, tanto en el canto como en el acompañamiento. No es pues extraño que desde un principio surgieran transcripciones que el compositor celebraba emocionado. Tárrega, Llobet y Barrios, por ejemplo, le hicieron escuchar sus piezas a la guitarra y siempre se mostró efusivo. En el disco Isaac Albéniz, Transcripcions per a guitarra (LMG 2113)se nos ofrecen varias elaboradas por Andrés Segovia, Manuel Barrueco, Javier Riba y Severino García Fortea, revisadas y con algunas pequeñas modificaciónes por el intérprete, Yorgos Arguiriadis, griego afincado en España desde hace años. El recital comprende Evocacióny El Puerto, del primer cuaderno de la Suite Iberia; la tan guitarrística Asturias, de la colección Cantos de España; la Pavana-Capricho, Aragón (fantasía), Granada (serenata), Sevilla (sevillanas) Cataluña (curranda) y Cádiz (canción), que pertenecen a la Suite Española op. 47, mientras que la Zambra granadina forma parte de la Suite Española op. 97. Cierra el programa la Torre Bermeja, del álbum Doce piezas características, una preciosa obra de envergadura en la que la exuberancia contrasta con el melancólico lirismo de la parte intermedia. Yorgos Arguiriadis se nos revela aquí con un virtuosismo de relevante nitidez y elegancia.
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El segundo disco (LMG 2110) para guitarra nos muestra tres interesantes y amplias obras, desgraciadamente poco frecuentadas. La primera es de Julián Arcas (1832-1882), tal vez el compositor más brillante de la generación puente entre Sor y Tárrega. Su fantasía, titulada El delirio, consta de siete movimientos en los que alterna pasajes de notable dificultad con otros más cantables y contemplativos. Joan Manén (1883-1971) es nuestra asignatura pendiente. Su fama como violinista excepcional le condujo a dar numerosas giras de conciertos y en sus programas incluía obras de Paganini que en su época eran consideradas inejecutables por su alta exigencia técnica. Como compositor hoy ha quedado tristemente orillado pese a la calidad de sus obras. La desconcertante y algo melancólica Fantasía-Sonata, en cinco movimientos, está dedicada a Andrés Segovia. La productividad pianística de Frederic Mompou ha opacado otras composiciónes, como la Suite Compostelana para guitarra, dedicada también a Andrés Segovia, con el que compartía estancia en los cursos de música de Santiago de Compostela. Sus cinco movimientos contienen lejanas resonancias descriptivas interiorizadas y expuestas en el poético e inimitable lenguaje del compositor. De nuevo nos encontramos con un intérprete de lujo, Joan Carles Martínez, con una larga trayectoria de conciertos y proyectos. Se caracteriza en particular por su claridad, expresividad y refinamiento.
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La tercera novedad, Meditació (LMG 2111), está dedicada a la obra para piano del compositor, escritor, pensador y teórico musical Josep Soler (1935), considerado uno de los autores más importantes de la música contemporánea en España. Las piezas contenidas son: Meditació, Paisaje nocturno VII, Paisaje nocturno VIII, Escenes de Via Crucis, Sans soleil y Sonata XI para la mano izquierda. Es una música profunda, reflexiva, a veces quejumbrosa, que merced a los enjundiosos comentarios de la carpetilla, a cargo de Joan Pere Gil Bonfill, aumenta nuestra comprensión y disfrute de la misma. A ello se añade la solvente interpretación de Miguel Álvarez-Argudo, por su rigor en la técnica, mimo en el detalle y compenetración con el texto a ejecutar.
Escrito por Joaquim Zueras
Desde España
Fecha de publicación: enero de 2013
Artículo que vió la luz en la revista nº 24 de Sinfonía Virtual.
ISSN 1886-9505
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