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De Cera y Goma-Laca. La producción de música española en la industria fonográfica estadounidense (1896-1914) de Kiko Mora

Guillermo Castro Buendía
Centro de Investigación Telethusa



(Nº 37, Verano, 2019)



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RESEÑAS

 

Kiko Mora: De Cera y Goma-Laca. La producción de música española en la industria fonográfica estadounidense (1896-1914) (CIOFF España, 2018), 187 pp.


Coincidí con Kiko Mora hace ya unos años en la Gran Manzana, cuando compartimos nuestras investigaciones en el primer congreso mundial sobre el Fandango que tuvo lugar en la Foundation for Iberian Music CUNY allá por el 2015. Su disertación sobre Iradier y su famosa habanera “La Paloma” fue el detonante de una relación profesional que pronto se convirtió en amistad hasta el día de hoy. En este lapso de tiempo he podido disfrutar de sus descubrimientos en torno a Carmencita (2010), la primera bailarina que filmara Edison en la historia del cine en 1894, hasta el momento desconocida prácticamente; almeriense para más señas y cuñada, además, del famoso cantaor El Rojo El Alpargatero. También la identificación de El negro mulato Meric (2016), en la primera filmación de un cuadro flamenco en París por los Hermanos Lumiere en 1900, así como el elenco de artistas que aparecen en la película. Igualmente importantes han sido sus aportaciones en la biografía de una de las más grandes en la historia del baile flamenco: Trinidad Huertas “La Cuenca” (2016).

Nos ilustra ahora con un nuevo trabajo al respecto de sus últimas investigaciones en el campo de la discografía de género español en EE.UU en dos de las más importantes compañías discográficas estadounidenses: la National Phonograph Company y la Columbia Phonograph Company, en el periodo histórico que abarcan los años entre 1896 y 1914, inicios de lo que se puede llamar una industria profesional en el campo de la grabación sonora y el comienzo de la llamada Gran Guerra, momento en que cambian los intereses de estas empresas y punto de inflexión mundial.

Aborda Kiko Mora los orígenes de la industria fonográfica en EE.UU., con Nueva York como epicentro, explicando los problemas que generaban las grabaciones de determinados instrumentos o voces en función de los géneros interpretados, toda una verdadera performance en la que los músicos debían colocarse en función de sus cualidades tímbricas o sonoras, e incluso moverse mientras se grababa según las necesidades de la pieza a interpretar. Dentro del estudio de estas compañías están presentes otras ciudades importantes dentro del mercado como fueron las de influencia latina, con ciudad de México, lugar donde se grabó mucha música española, o La Habana; e igualmente otras europeas como Londres, Milán, Berlín, París o Barcelona.

Los géneros estudiados son los de flamenco, zarzuela y ópera, dentro de los parámetros que Kiko establece en su investigación. Aporta datos tanto de músicas asociadas con España, como de artistas españoles que cultivan músicas no españolas. Igualmente de artistas extranjeros que interpretan músicas asociadas a nuestra cultura. El género mayoritario fue la zarzuela, algo semejante a lo que aconteció en España en la grabación sonora; y los estilos mayoritarios dentro de la parcela que nos interesa a nosotros, la flamenca, fueron las malagueñas y fandangos, los tangos, las peteneras, las jotas y las guajiras, aunque igualmente se documentan soleares, granadinas y tientos. Dentro de este género flamenco destaca la figura del guitarrista y cantaor de San Sebastián de los Reyes Telesforo del Campo, la cantaora Lola la flamenca, Francisco Cascales “El Sevillano”, o el desconocido guitarrista, cantante de ópera y cantaor Rafael Bezares. José María Palma registra lo que parecen las primeras grabaciones de guitarra en 1904, con jota, guajiras, farrucas, malagueñas y tangos que desafortunadamente no se conservan, como muchos otros registros citados por Mora.

Igualmente se atiende a la importante figura de Faíco, quien coincidió con Amalio Cuenca, Eduardo Salmerón y Lola La Flamenca en NY en 1908, donde interpretó su reciente creada farruca, aunque no se llegó a grabar como explica el autor. Amalio Cuenca realizó registros a solo y acompañando a la cantaora Lola La Flamenca. Alguna de las grabaciones pueden escucharse online, lo que supone un interesante añadido al libro, otras no están digitalizadas, y un buen número, como ya hemos comentado, se han perdido o no se han localizado aún.
Tendrán que adquirir este libro todos los interesados en la discografía antigua del flamenco, porque es una buena forma de aprender al respecto de la historia de este arte al otro lado del Atlántico y los estilos en boga por entonces. Igualmente sobre la imagen que de España se tenía por entonces y de los artistas que arriesgaron a hacer carrera en el Nuevo Mundo. No atiende el autor a aspectos flamencos sobre estilos, como autorías, transmisiones u otras incógnitas que deberán abordar otros estudiosos del género. Así como tampoco a grabaciones no comerciales que no estén documentadas en los catálogos de las compañías discográficas. Queda pendiente el estudio de la no menos importante compañía Vïctor Talking Machine, sobre la que anda ya liado Kiko Mora y que esperamos publique pronto en una nueva y completa edición.

 

 

Escrito por Guillermo Castro Buendía
Desde España
Fecha de publicación: Verano de 2019
Artículo que vió la luz en la edición nº 37 de Sinfonía Virtual
www.sinfoniavirtual.com
ISSN 1886-9505


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