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ÓPERA PARA TODOS (IX): DEBUSSY. LA REVOLUCIÓN OPERÍSTICA DESCONOCIDA
José Belmonte

Aunque el autor francés siempre renegó de lo wagneriano, así como que tildasen a Peleas de impresionista, es cierto que el concepto operístico de  Debussy tiene muchos paralelismos con el de Wagner. Sin embargo, para muchos, su idea de la ópera como un continuo, como un discurso sin interrupciones, maravillosamente fluido, va más allá de las ideas wagnerianas. En este punto, no podemos despreciar el hecho de que Debussy sólo compusiera una ópera, Peleas y Melisande. Debussy llevó a cabo una reforma operística comparable a la wagneriana, aunque sin una repercusión tan influyente como la anterior. De hecho, si somos un poco rigurosos, podríamos decir que no ha sido continuada por ningún otro autor.

            En Peleas, la música descriptiva alcanza cotas nunca antes alcanzadas por la música francesa. Sobre todo en los intermedios se hace patente ese deseo de “describir lo indescriptible” queriendo reflejar atmósferas, situaciones y estados de ánimo de los personajes. Se pueden apreciar incluso, aunque el compositor francés lo negara siempre, la presencia de brevísimos leitmotiv, a modo de las óperas wagnerianas, fundamentalmente en la presentación de algunos personajes, facilitando ese discurso fluido de la trama mencionado anteriormente.

            Efectivamente, para el compositor francés la música debe tener un “continuum” ininterrumpido durante todo el discurso orquestal. Los números cerrados se erradican (Debussy odiaba la ópera italiana y sus constantes parones motivados por las arias). De este modo, en Peleas y Melisande la trama fluye de manera constante, sin cortes bruscos.

            Como hemos visto,  la relación  amor-odio de Debussy hacia los conceptos operísticos del compositor alemán  es muy peculiar, ya que, pese a rechazarlos de principio, parece partir de ellos para desarrollar sus propias ideas operísticas. Para muchos, Debussy, con Peleas y Melisande  compone la primera ópera  moderna del siglo XX.

PELEAS Y MELISANDE

Drama lírico en cinco actos.
Adaptación del propio compositor de un libreto de Maeterlinck.
Estreno: 30 de Abril de 1902, en París

Personajes

  1. Arkel : Bajo.
  2. Genevieve: Contralto.
  3. Goulad: Barítono.
  4. Peleas: Tenor dramático/Barítono lírico.
  5. Yniold: Soprano lírica.
  6. Médico: Bajo

Argumento

Acto I. Cuadros I-II y III

            Gouland, que ha salido de caza, termina perdiéndose en el bosque. Allí encuentra a una misteriosa  joven, Melisande Acompañado de ella, consigue encontrar el camino de vuelta al castillo.

            En el salón del castillo de Arkel, Genevieve, madre de Peleas y de Gouland, lee a aquel una carta de este en la que les anuncia que les llevará a Melisande para que la conozcan y que intercedan ante su padre para que les reciba con cariño.

            Peleas, a pesar de que pide permiso a su padre para marchar a ver a un amigo moribundo, recibe el encargo del mismo Arkel, de recibir a su hermano. Llegan Gouland y Melisande, a quien le aterra la tristeza que parece circundar el castillo.

Acto II. Cuadros I-II y  III

            En uno de los jardines del castillo, Melisande y Peleas juegan y conversan. De repente la muchacha se dé cuenta de que ha perdido el anillo que Gouland le había dado.

            Mientras los jóvenes cuñados están en el jardín, Gouland se cae del caballo y se lastima. Junto a su cama, Melisande le vuelve a decir que el castillo le atemoriza y le llena de malos presentimientos. Al darse cuenta de que no tiene el anillo, Melisande le dice a Gouland que lo ha perdido en una gruta. Su esposo le pide que vaya a buscarlo, acompañada por Peleas. En su búsqueda del anillo (que hacen para que parezca verosímil el relato de la joven), descubren a tres ancianos que duermen en la gruta acurrucados.

Acto III. Cuadros I-II-III y IV

            Peleas, que tiene que marcharse,  viene a despedirse de Melisande. Esta peina sus cabellos, que terminan por enardecer a los jóvenes. Gouland aparece pidiéndoles que dejen de jugar como chiquillos.

            Tras este episodio, los dos hermanos aparecen en un subterráneo del castillo. Gouland previene a Peleas del peligro que corre de enamorarse de Melisande si ambos jóvenes continúan viéndose.

            Gouland sospecha de los dos, y pide a su hijo Yniold (de un matrimonio anterior) que los vigile por si viera algo extraño. El chico niega haber  visto nada.

Acto IV. Cuadros I y II
           
            En el salón del castillo Peleas ruega a Melisande que esa noche vaya a encontrarse con él en la fuente. Al día siguiente partirá y no volverán a verse más. Cuando Peleas se marcha, su hermano, sin poder contener sus celos, golpea a Melisande.

            Cae la noche y Melisande ha acudido a la fuente para encontrarse con Peleas. Los jóvenes se dan cuenta de que se aman, aunque nunca podrán hacer realidad su amor. Gouland aparece inesperadamente y mata a su hermano. Melisande escapa horrorizada mientras su esposo la persigue.

 

Acto V

            En una habitación del castillo, con Melisande postrada en su lecho, el médico asegura a Arkel y a Gouland que la joven no morirá. Las heridas infligidas por su propio esposo no son tan graves, y este sufre remordimientos por haber matado a su hermano Peleas.

            Al despertar Melisande, Gouland le pide que le perdone mientras le pregunta si le ha engañado con Peleas. La mujer se niega a contestar mientras su esposo la fustiga con sus requerimientos. Esto lleva a la joven a un sopor mortal del que apenas puede salir para despedirse de su hija recién nacida, que Arkel lleva en sus brazos, para que Melisande pudiera verla. Finalmente muere.

            Incidiendo en lo expuesto anteriormente, junto a todas las novedades musicales que Debussy aportó (y que odiaba fueran consideradas como impresionistas)hay que destacar en  Peleas y Melisande su  ambientación, a veces cuasi-onírica; su línea de canto, más declamada que cantada en algunas ocasiones; y el simbolismo que está presente en cada una de las escenas.

            Con todo, pese a la revolución que significa la obra de Debussy, un paso más allá de la wagneriana en opinión de muchos críticos, su argumento, lleno de ingenuidad, es un elemento que no ha favorecido la aceptación que  Peleas y Melisande debería haber tenido como la obra maestra que es.



Escrito por José Belmonte
Desde España
Fecha de publicación: Julio de 2011.
Artículo que vió la luz en la revista nº 0020 de Sinfonía Virtual

 
 

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