"NUNC": COMENTARIOS A LA OBRA
Pablo Ransanz
"Nunc" ('ahora', en latín), como toda obra musical, nace de una necesidad por parte de su autor de comunicar y expresar diferentes ideas en un momento concreto del horizonte temporal. Dichas ideas quedan plasmadas en una partitura (como es obvio), aunque ésta, por sí misma, sea incapaz de "comunicar" al oyente-espectador mediante el lenguaje musical escrito todos los matices que el compositor ha concebido en su mente. Para que el fenómeno musical sea pleno y trascienda lo puramente material o tangible, son necesarios tres elementos, a saber: la partitura (en la que el compositor ha dejado plasmados diferentes signos en la notación musical); el/los intérpretes/s (los encargados de "traducir" la partitura y de generar los sonidos correspondientes en un instante determinado); y, finalmente, los oyentes (destinatarios últimos de la obra musical, y que han de 're-componer' la misma mediante su audición).
La obra que nos ocupa está escrita para nueve instrumentos (noneto) de diferentes familias: flauta, oboe, clarinete (en Si bemol), fagot, trompa (en Do), violín, viola, violocello y contrabajo. La indicación de 'tempo' que se ha elegido ha sido la de "Presto" ('rápido'). Los nueve intérpretes que deseen ahondar en la partitura deberán tener en cuenta lo manifestado por Wilhelm Furtwängler en su día: "Es gibt nur ein Tempo, und es ist das richtige" ("Sólo existe un 'tempo', y éste es el correcto"). Lo que se ha pretendido en "Nunc" es realizar un 'ejercicio' o 'experimento' musical diferente a lo redactado previamente por el compositor en otras piezas, consistente en la utilización de la escala cromática de doce notas estrictamente ordenada, bien sea en orden ascendente o descendente, en combinación con acordes provenientes de la Armonía tradicional de Occidente y partes de la citada escala.
Varias son las peculiaridades que presenta esta composición. En primer lugar, cabe destacar su aparente brevedad (una sola página). Cualquier persona con unos conocimientos suficientes de Solfeo apreciará enseguida que, detrás de esa brevedad engañosa, se esconde otra realidad bien distinta. Ésta se encuentra directamente relacionada con la Agógica, una disciplina que se ocupa de estudiar los cambios o "fluctuaciones" de 'tempo' durante el transcurso de la interpretación de una composición y que no aparecen especificados expresamente en la misma (como es el caso del 'rubato'). En "Nunc", tales efectos pueden manifestarse durante la audición de la obra mediante el uso contundente de notas alargadas voluntariamente mediante la utilización del calderón, símbolo de la notación escrita cargado de subjetividad. Cada grupo de intérpretes creerá oportuno prolongar en el tiempo más o menos un silencio o unas notas que suenan simultáneamente, por lo que sería un acto de irresponsabilidad por parte de quien escribe estas líneas intentar acotar con precisión matemática la duración de la obra que ahora se comenta pormenorizadamente.
Como segunda particularidad, debe resaltarse que "Nunc" presenta "sólo" un sistema y cuatro compases. El primero y el último están íntimamente ligados, dado que la Fenomenología en la Música (¡tan necesaria!) hace aquí acto de presencia. El maestro rumano Sergiu Celibidache (y no sólo él...) decía, acertadamente, que en el principio de una obra musical se atisba el fin de la misma. Principio y fin coexisten, como ocurre en "Nunc" y en nuestra propia existencia. El oyente no debe dejar que la aparente "simplicidad" de la partitura le engañe, dado que la Música no debe ser "medida" cuantitativamente, sino cualitativamente. La calidad de una composición es excelente, muy buena, buena, regular, mala o muy mala. No existe Música mala, sino Música mejor o peor escrita.
En tercer lugar, "Nunc" presenta contrastes dinámicos exigentes. Desde el forte inicial hasta el piano subito final, pasando por un acorde en fortissimo, la obra no dejará indiferente a quien se acerque a ella.
Como última observación (técnica) a la obra, el autor siente la necesidad de insistir en que la partitura se encuentra escrita en Do (sonidos reales). Por este motivo, el lector podrá observar que no existen trasposiciones - en el sentido estricto del término -, aunque sí instrumentos traspositores (como es el caso del clarinete, en Si bemol). Así, y para despejar cualquier sombra de duda razonable, la moderna y usual trompa en Fa queda reemplazada por otra en Do, con lo que se mantiene la coherencia del discurso armónico de la composición. Además, y por el mismo motivo antes mencionado, el clarinetista deberá tener en cuenta que ha de trasportar todas las notas de su parte correspondiente (en la 'partichela') un semitono en orden ascendente (por cuestiones de armonía y digitación). En la parte referente al contrabajo, existe una indicación para que éste toque las notas correspondientes una octava más baja de lo que aparece escrito en la partitura (en realidad, las notas no varían, con lo que no debería considerarse como una trasposición en sentido riguroso).
En lo referente a la tonalidad, debe resaltarse que "Nunc", aunque escrita bajo las pautas tonales tradicionales en Occidente, no es una obra absolutamente tonal, sino que existen claras incursiones en la atonalidad derivadas de la utilización profusa del cromatismo, con lo que, en realidad, lo que se puede apreciar es que existen "fluctuaciones tonales", o, para ser más precisos, una "tonalidad fluctuante". Arnold Schönberg ya escribió pormenorizadamente sobre estos aspectos en uno de sus tratados, denominando a este fenómeno "schwebende Tonalität".
Por expreso deseo del autor, no se ha creído oportuno utilizar programas informáticos para poder escuchar la partitura (manuscrita). Todo oyente que se precie siente la tentación inicial de saber cuál es el resultado sonoro de una composición. Empero, hay que ser coherente con lo expresado anteriormente en otros párrafos. Cada interpretación es única e irrepetible, dado que tiene lugar en un instante del espacio y del tiempo determinado y preciso, con lo que el reto recae ahora sobre el conjunto camerístico que quiera realizar una interpretación de la obra. El 'tempo' cambia involuntariamente y "fluctúa", principio y fin coexisten... Estas ideas son las que llevarán a nuestros queridos lectores a desentrañar los tesoros soterrados (si los hubiera) de "Nunc".
Escrito por Pablo Ransanz
Desde España
Fecha de publicación: Octubre de 2010.
Artículo que vió la luz en la revista nº 0017 de Sinfonía Virtual