Palabras clave: Grundman, Ecuación, fenomenología, concierto, sentido, alma, concertante, verdad…
La Ecuación
[…Once upon a time in…] De esta histórica pero poco original manera empiezan las historias más hermosas, y esta, ya os lo digo yo, es una de las más bellas que jamás escuché. Pero vayamos por partes. Para poder empezar nuestra sentida historia hacia lo bello debemos situar la naturaleza conceptual de los contenidos, es decir, definir cada uno de los elementos que comprende nuestra pequeña fábula. En primer lugar, tendremos que determinar a que llamamos fenomenología –utilizaré el aspecto sagrado del concepto, aquel que origina la idea del hecho religioso -y qué relación tiene esta con aquella idea que llamamos concertante, para poder entender de esta forma la atractiva personalidad del compositor y musicólogo madrileño Jorge Grundman Isla. En segundo lugar despejaremos la incógnita que subyace impresa en los sinceros pentagramas de su fantástico concierto sentido for Violin, Viola, Cello and String Orchestra, resultado de la sencilla ecuación que debemos plantear para conocer la dimensión última de esta extraordinaria obra. A saber: Feno + Concer + Jorge Grundman = X. Comencemos pues…
La fenomenología, en un sentido global, es una disciplina o proyecto de carácter filosófico fundado a principios del siglo XX por el filósofo alemán, oriundo de Moravia, Edmund Husserl. Este extraordinario y evidente intelectual teutón fue el fundador de la llamada fenomenología trascendental, idea que desecharemos por el momento, ya que el concepto –fenomenología- que intentamos relacionar con la música concertante de nuestro compositor puede definirse ahora como: fenomenología = “…movimiento filosófico del siglo XX caracterizado por su pretensión de radical fidelidad a lo dado, a lo que realmente se ofrece a la experiencia, para describir los rasgos esenciales, las esencias de las distintas regiones de la realidad que en esta actitud se muestran”, es decir, la fenomenología aspira al conocimiento estricto de los fenómenos.
Ahora bien, como encajamos la idea fenomenológica dentro del universo musical del compositor Jorge Grundman es la incógnita que debemos despejar para poder entender su sagrada producción musical. Para ello –como reseñé con anterioridad- debemos considerar el aspecto religioso -quizás la palabra apropiada sea sagrado- de la propia fenomenología, en otras palabras, el hecho religioso nos servirá de pórtico para adentrarnos con paso firme en la realidad musical de un creador colmado de matices.
La fenomenología musical de carácter sagrado puede ser entendida de dos formas muy distintas, a saber: por un lado, encontramos una fenomenología evidente, que es aquella que muestra sencillamente lo que hay. En la música, esta evidencia de lo sagrado viene definida por la propia estructura de los géneros musicales que en la mayoría de las ocasiones marcan el sendero por el que ha de transitar la música.
Durante cientos de años el hecho musical ha expresado su religiosidad a través de formas tan diversas como, los motetes –como los del español Tomas Luis de Victoria, “In festo Sanct Trinitatis, Benedicta sit Sancta Trinitas”- cantados en iglesias y conventos durante el Medioevo. Para la composición de sus textos los músicos se basaban en la tradición de la Santa Biblia; Ha utilizado la misa - Misa Solemne en Do Mayor K.317 “Misa de la Coronación” del divino Wolfgang Amadeus Mozart- para la celebración y conmemoración de ritos, actos y liturgias de carácter religioso donde el músico se apropiaba de este vehículo de expresión para ensalzar la figura del creador y enaltecer los valores religiosos de su fe; Ha impregnado la historia de la música: tomemos como ejemplo el Réquiem del músico de origen ruso Osip Kozlovsky, Misa de Réquiem en mi bemol menor, Missa pro defunctis, con el terrible hedor -inspirado por el temor a la muerte- del infierno, ese imaginario lugar donde las terribles llamas del infortunio consumen sin cesar el alma del ser humano. Estas y otras muchas estampas costumbristas –la costumbre se hace evidencia- muestran el hecho musical tal y como es, evidente.
Ahora bien, por otro lado tenemos la fenomenología sensible, y es aquí donde la música de Jorge Grundman tiene su razón de ser. Esta forma de fenomenología está estrechamente vinculada a la experiencia personal de cada individuo. Es la inteligencia sensible del sujeto la que hace visible la realidad sagrada de la música, en última instancia, puede decirse que compone el mapa sensorial por el que deambulan nuestras sentidas emociones. Así es la música de Jorge Grundman, un verdadero desafío a los sentidos…
La música, por tanto, no tiene que adherirse a una estructura o forma determinada para poder trascender la dimensión física de la misma, como ocurre con la Misa, el Réquiem, o el Motete. Las obras de Jorge, tomemos como ejemplo su delicado y expresivo Adagio for clarinet, cello and piano, muestran esa realidad sagrada –en la medida en que pueda ser introducida dentro de un determinado orden sagrado- que afecta de un modo directo a la sensibilidad última del hombre. Sus pentagramas –A walk across Adolescence– parecen trasportarnos hacia esa realidad espiritual que está más allá de lo visible. Son las voces –el piano, el violín, el bajo, y como no… el chelo – de los propios dioses las que de algún modo nos elevan hacia ese Olimpo de la sensibilidad. Esto que puede parecer demasiado pretencioso no es más que el fruto de mi propia experiencia personal.
La fenomenología sensible –sagrada- está implícita en la música de Jorge a través de sus diáfanas melodías, baste recordar como ejemplo la inocencia que irradian los tres movimientos, moderato, andante y adagio, de su aniñado y melancólico String trio Nº3, paradigma de la elegancia y la sinceridad de una música que nunca miente… Estas son, a priori, algunas de las condiciones que tienen que darse para que la ecuación quede resuelta y su concierto sentido tenga la última palabra. Podemos por tanto establecer sin equivocarnos que la música de Jorge Grundman da sentido a la fenomenología sensible.
La idea concertante, segundo elemento de nuestra ecuación, relaciona de un modo directo la forma con el fondo, es decir, utiliza los elementos clásicos de una “sinfonía” concertante –podemos recordar, solo en la idea, las de Mozart o las de Joseph Bolougne, Chevalier de Saint-Georges, también llamado el Mozart negro- para expresar las ideas que anidan en la mente del compositor. Esta idea sirve de pórtico para expresar las emociones implícitas en cada uno de los pentagramas que forman la obra musical de Jorge. En la música de Grundman encontramos una obra que encaja perfectamente con esta idea concertante, su concierto sentido for Violin, Viola, Cello and String Orchestra, pero esta idea la analizaremos más tarde.
Recurriendo a una definición clásica del concepto nos encontramos con: “Es concertante porque no pone particularmente al solista como centro de atención, la impresión es más bien sinfónica en su conjunto, con algunas intervenciones de los solistas sin dominar directamente la orquesta”. Podemos considerar que esta definición encierra una verdad a medias, ya que en el concierto de Jorge encontramos el violín, la viola y el chelo como instrumentos principales de la historia otorgándole credibilidad y entidad a cada uno de los movimientos, allegro, moderato, largheto y vivace. Todos los instrumentos tejen las melodías con una extraordinaria inteligencia delegando el protagonismo en todos y cada uno de ellos, sin olvidar la fusión musical que se establece con la String Orchestra. Estos tres elementos solistas se erigen en los actores principales de la exposición mostrando la enorme belleza de este concepto musical. Más allá de consideraciones formales este concierto radiografía la personalidad de uno de los músicos más sinceros que conozco.
Jorge Grundman es el último elemento de nuestra sencilla ecuación, y el más humano, desde luego. Radiografiar la vida y la obra de un músico es una labor harto complicada que encierra no pocas dificultades por lo que prefiero que sea el propio Jorge el que os cuente parte de su vida. De esta forma tendremos una visión global de la persona que compone música. Realizar una Arqueología emocional que comprenda las complicadas relaciones músico-personales de un hombre es condición sine qua non para comprender, entender y disfrutar la música que amamos. Dejaremos, pues, que sea el propio Jorge Grundman quien nos relate los acontecimientos que han hecho de él un extraordinario compositor y una gran persona.
(A. P) ¿Cómo fueron tus inicios y donde te formaste como músico?
(J. G) Inicié mis estudios musicales a la edad de 12 años, realizando mi primera composición a los 14 años. Comencé los estudios de solfeo, piano y conjunto coral en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, con Carmen Ledesma, en la Cátedra de Joaquín Soriano, continuado mi formación hasta la actualidad, cursando estudios de Máster en Creación e Interpretación Musical por la Universidad Rey Juan Carlos y el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid; en la Licenciatura de Ciencias e Historia de la Música de la Universidad de La Rioja; de Ingeniero Técnico de Sonido e Imagen por la Universidad Politécnica de Madrid; y de Diplomado Técnico en Informática por la Universidad Pontificia de Comillas. También he recibido clases magistrales de los maestros Jesús López Cobos y José Luis Temes y de dirección de orquesta por el maestro Navarro Lara.
(A. P) Además de compositor está tu intensa labor como musicólogo. ¿Cuál ha sido la motivación principal de esta actividad?
(J. G) Fundamentalmente la difusión de la música contemporánea consonante. He podido llevar a cabo los estrenos en España de las obras de Vladimir Martynov, Michael Hurd, Gerald Finzi, Astor Piazzolla, Marjan Mozetich o Giovanni Sollima, entre otros. He sido co-fundador de la Non Profit Music Chamber Orchestra junto al violinista libanés Ara Malikian. He colaborado con la Orquesta de Extremadura y su director Jesús Amigo en la realización de primeras grabaciones mundiales de obras de Ernesto y Rodolfo Halffter y Julián Bautista, así como en la difusión y redescubrimiento de la obra del compositor bohemio Adalbert Gyrowetz (1763-1850) o del desaparecido compositor Robert Kahn (1865-1951) junto con el Trío B3 Classic.
(A. P) En la actualidad tu actividad docente está centrada en aspectos muy diferentes de los propiamente musicales, ¿podrías definir en pocas palabras esta actividad?
(J.G) Claro que si… Soy Profesor Titular en la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica de Telecomunicación de la Universidad Politécnica de Madrid desde el año 1987, donde imparto la docencia en la titulación de Ingeniero Técnico de Telecomunicación, en la especialidad de Sonido e Imagen, en áreas como la Acústica Arquitectónica, Sonorización, Ingeniería de Audio, Producción y Postproducción de Audio. Cuento con más de veinte grabaciones discográficas desde 1981 y trabajos en los campos de cine y televisión de ámbito nacional e internacional.
(A.P) Repasando tu discografía nos damos cuenta de la gran cantidad de talento que ha colaborado en ella. ¿Podrías enumerar alguno de los músicos que han participado en tus trabajos discográficos y dónde has podido estrenar la mayor parte de tus obras?
(J. G) Desde luego… He tenido la fortuna y el privilegio de colaborar con solistas de prestigio intenacional como el Brodsky Quartet, Ara Malikian, Daniel del Pino, Susana Cordón, Jiří Bárta, Renée Rezneck, B3 Classic Trio, el Trío Arbós, Blau Kamara Quartet, The Winchester Orchestra of San José, la Orquesta Sinfónica Nacional de Ecuador, la Orquesta de Cámara de España o la Non Profit Music Chamber Orchestra. Mis obras han sido estrenadas en salas como el Auditorio Nacional de Música de Madrid, el Teatro Nacional de Basilia, Trinity Cathedral de California, Hellenic Center of London, West Valley College Theater o la Iglesia La Dolorosa en Quito.
(A. P) En un mundo tan complicado como es el de la música “Clásica”, cómo definirías tú situación dentro del esquema global de las cosas… Quiero decir, que cómo encaja la música de Jorge Grundman en un mundo dominado por los programas establecidos y los convencionalismos culturales más recalcitrantes.
(J. G) Si te soy sincero he de decir que bastante bien, ya que he tenido la inmensa fortuna –pienso para mí… de suerte nada, amigo mío, es fruto de tu talento y perseverancia- de recibir encargos que luego he podido estrenar en salas de concierto. En Abril del año 2011 recibí el encargo del XVII Festival Internacional de Música de Toledo para escribir la obra encargo de ese año y que se materializó en mi Sonata para Flauta y Piano denominada “Warhol in Springtime” que fue estrenada con rotundo éxito en dicho festival. La sonata para violín y piano, “What Inspires Poetry”, que dediqué al compositor Marjan Mozetich ha sido y continua siendo emitida en muchas emisoras estadounidenses convirtiéndose en una de las obras españolas contemporáneas del siglo XXI y más radiadas en los Estados Unidos. En 2011, el pianista y compositor ucraniano Nikolai Kapustin aceptó la dedicatoria de mi obra para violín, violoncello y piano, denominada “Un paseo por la adolescencia” (A Walk across Adolescence), y que es estrenada ese mismo año en Toledo por Daniel del Pino, Roman Patocka y Jirí Bárta. Esta obra ha sido grabada recientemente por el Trío Arbós e incluída en el disco denominado Play It Again. En 2012 se ha publicado el primer monográfico de mis cuartetos de cuerda de la mano del Brodsky Quartet, portada de la prestigiosa revista estadounidense Fanfare Magazine. Mis obras se han interpretado y han sido radiadas principalmente en Estados Unidos, Canadá, Londres, Francia, Japón, Brasil y España. Entre los premios musicales recibidos se encuentran el Narcissus Awards en 2005 en Estados Unidos, y el NAR 2004 como “Best Contemporary Instrumental Album” por su obra “We are the forthcoming past, take care of it”.
(A.P) Gracias Jorge por tu dedicación y tu desinteresada colaboración con el que esto escribe. Espero seguir disfrutando de tus trabajos, pues ellos me hacen ser mejor persona… Un abrazo muy sentido.
(J.G) Gracias a ti Antonio, espero y deseo seguir escribiendo música para que personas como tú puedan disfrutarla durante mucho tiempo. Un abrazo y un saludo muy grande.
Resolviendo la ecuación…
La ecuación que planteamos con antelación, es decir, Fenomenología + Concertante + Jorge Grundman = X, queda pues a merced de la incógnita que debemos despejar. A tenor de lo expuesto con anterioridad podemos colegir que la X planteada responde a la existencia de su maravilloso concierto Sentido for Violin, Viola, Cello and String Orchestra. Para explicar la naturaleza de esta maravillosa creación fenomenológica me van a permitir una pequeña licencia. No hace mucho tiempo publiqué la segunda parte del Baúl de los genios , y en ella le dediqué unas cuantas palabras a Jorge intentando explicar de una forma sencilla la emoción que su música –su concierto- despertó en mi solitaria alma. Lo que voy a reproducir a continuación no es más que una revisión de esta idea que he tenido a bien ampliar para completar la visión global de la obra. En primer lugar analizaré brevemente –el placer, sin duda, está en escucharlos- los cuatro movimientos de su concierto sentido, allegro, moderato, largheto y vivace, que responden a las cuatro voces del alma. En segundo y último lugar expondré la dimensión social y humana de su profunda y esperanzadora fenomenología musical que expresa una realidad nacida para escuchar la voz de un mundo sin alma…
Las cuatro voces del alma
I. la voz de la melancolía (Allegro)
El primer movimiento del concierto, el allegro, inicia su andadura con una frágil melodía susurrada a media voz por la candidez del violín. Comienza la aventura… los agudos dibujan el leitmotiv principal de la historia, una sencilla frase dulcifica el ambiente precediendo al primer solo del violín. Escalas ascendentes y descendentes (2:20-3:00) tejen el sonido de la melancolía, dibujando una preciosa estampa musical donde los bajos parecen sostener la enorme fragilidad del violín. Los solos se suceden entre graves y agudos conduciendo a la orquesta hacia el clímax (4:20) sonoro que retoma el leitmotiv principal. A partir de aquí es la orquesta la que marca el tempo allegro del movimiento propiciando durante un solo minuto que todo el conjunto deambule hacia la misma dirección. ¡Un silencio…! tan solo unos segundos, (5:30) prologa el eterno sueño del violín, esa melancólica voz que el genio de Malikian arranca de nuestro interior (5:44). Una sola voz, mágica, nos conduce hacia ese lugar donde los sueños se hacen realidad, un espacio donde el tiempo parece detenerse. No hay redención posible si no hacemos nuestra la sentida voz de la melancolía, esa que fluye cuerda a cuerda, nota a nota, por la mente de un creador que nunca miente. Esta es la voz de la melancolía… Esta es la melancólica voz de nuestra alma.
II. La voz de la sabiduría (Moderato)
La sabiduría –juicio sano- es una extraña habilidad que se desarrolla poco a poco, con un tempo pausado, como las solitarias notas del segundo movimiento, moderato, donde los tendidos pizzicatos sirven de armadura al solista que encuentra, una vez más, la forma de transmitir las emociones por el sendero de la sensibilidad. El leitmotiv principal de este segundo movimiento (3:45) tiene un cierto aire juguetón, puede que jocoso, si me permiten la expresión, como si encontrara en la evolución de nuestra aniñada inteligencia la voz de la sabiduría. Es una melodía llena de optimismo que otorga a nuestra sufrida alma la esperanza necesaria para sobrevolar las vicisitudes de nuestra vida…
III. La voz del sufrimiento (largheto)
El chelo (4:00) nos cuenta que sufre, y ¿por qué? , por nada en particular… se encuentra solo, al menos es eso lo que nos dice. Su voz es la del sufrimiento. Quizás sea la más humana de las voces. La verdad, para ser honestos, es que no está solo, hay otras voces que sufren, la de la melancolía, la de la sabiduría… Voces que gritan juntas buscando un halo de esperanza que las haga conectar con el mundo. Este dialogo musical fluye sostenido por la orquesta que parece conducirlas hacia la voz de la esperanza, ese lugar donde los sentimientos humanos encuentran consuelo. Jorge nos brinda un bellísimo motivo (7:01) ejecutado por el violín y la String Orchestra, una melodía que nos toma de la mano para abrirnos una puerta a la esperanza…
IV. La voz de esperanza (Vivace)
El todo y la parte, esa podría ser la definición del último movimiento del concierto, vivace. Un cuarteto donde todas las voces hablan de lo mismo, de esa necesidad de encontrar el camino de la verdad. El violín, el chelo y la viola retoman el leitmotiv principal – maravilloso - impregnándolo de optimismo y vitalidad. Un ritmo desenfrenado marca la realidad de este mundo, un mundo sin alma. Todos juntos cuentan la misma historia, esa que deja abierta la puerta a la esperanza… Esta es su voz, y esta es su historia.
Este concierto muy bien podría llevar como subtítulo:
Concierto Sentido para un mundo sin alma...
…Porque en este mundo de sombras, la belleza es un bien escaso. Nos pasamos la vida buscando grandes quimeras que nada aportan a la naturaleza dúctil de nuestro espíritu. Anhelamos un mundo personal lleno de cosas que nos satisfagan más por lo que aparentan ser que por lo que en realidad son. Pero después de escuchar una y otra vez el Concierto Sentido for Violín, Viola, Cello and String Orchestra del compositor madrileño Jorge Grundman, todo cuanto pueda decir carece de sentido. Un nuevo amanecer se vislumbra en el horizonte. Un mundo donde el sentimiento por lo bello traspasará las fronteras del entendimiento. Una sentida realidad donde la música de Jorge Grundman representa los valores de una nueva generación. Su música, desprovista de cualquier artificio, se muestra, desnuda, sincera y diáfana... Su luz envuelve nuestras vidas proyectando al mundo una imagen de paz y amor que sutilmente teje en nuestra alma el verdadero sentimiento de lo bello. Su contribución a la poesía –del griego ποίησις 'creación– no debe pasar inadvertida al oído del mundo, pues constituye una de las revelaciones más intensas que el ser humano pueda experimentar. Jorge, junto al expresivo violinista libanés Ara Malikian crea un universo sonoro difícil de olvidar. Sus composiciones son interpretadas con maestría y sensibilidad por las divinas manos del Paganini del siglo XXI.
Además de un maravilloso y comprometido compositor de música –su contribución a la música electrónica es extraordinaria– Jorge Grundman es una persona solidaria. De su gran altruismo, nace la Non Profit Music –como muy bien explica Jorge–, “una compañía discográfica que intenta mostrar que hay muchos compositores emotivos ahí fuera y se propone recoger fondos para causas humanitarias”.
Escuchar la música de Jorge Grundman supone un verdadero desafío a los sentidos. En este mundo de frías realidades la sensibilidad de su música proporciona el consuelo suficiente para entender hacia donde se dirigen nuestras vidas.
Gracias Jorge...
Esta idea esta sacada del extraordinario ensayo sobre la fenomenología de la religión, “ Introducción a la fenomenología de la religión”, escrita por J. Martin Velasco y publicada por ediciones cristiandad, donde el autor expone de una forma admirable –información, exposición y un análisis exhaustivo- la realidad del fenómeno religioso. La música de Jorge Grundman –su concierto sentido- se explica a la luz de la llamada fenomenología concertante, nuevo paradigma de la reflexión y comprensión del hecho –fenómeno- musical.
Edmund Husserl inicio un movimiento o proyecto filosófico que tuvo una gran cantidad de adeptos en el viejo continente, baste nombrar solo a algunos de ellos: Alexander Pfänder, Max Scheler, Dietrich von Hildebrand, Martin Heidegger, Jean-Paul Sartre y Maurice Merleau-Ponty. Estos apadrinaron esta corriente filosófica que se hizo muy popular en su tiempo.
El baúl de los genios, tras la huella del músico perdido. Editorial Librosenred, Argentina,2012.
Escrito por Antonio Pardo Larrosa
Desde España
Fecha de publicación: Enero de 2013
Artículo que vió la luz en la revista nº 24 de Sinfonía Virtual.
ISSN 1886-9505
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