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HÄNDEL 250 ANIVERSARIO (I): EN SUS INICIOS
María Laura del Pozzo


Que la figura de Georg Friedrich Händel es uno de los puntos más altos de la música universal es, a estas alturas, bastante indiscutible. El desarrollo de su carrera en Inglaterra a partir de la segunda década del siglo XVIII es también profundamente conocido por la mayoría de los melómanos, así como la fama que su enorme talento le dio. La vida musical de Londres durante los reinados de Ana I (que se prolongó hasta 1714), Jorge I y Jorge II, el último de los cuales reinó hasta 1760, es imposible de ser concebida sin la notable presencia de Händel.

Podría esperarse que una figura de estas características, que se halla sepultada en la Abadía de Westminster, fuera conocida en profundidad desde su infancia; el despertar de su vocación, su formación, sus maestros, sus inicios profesionales, los viajes de estudio y de trabajo, sus relaciones familiares y afectivas… No es así. La exploración de los primeros años de la vida de Händel son un trabajo durísimo para biógrafos y estudiosos. Prácticamente no hay documentos ni cartas. La personalidad introvertida del compositor se revela poco y nada entre las algo más de veinte cartas que han llegado hasta nosotros.

La familia de Händel era originaria de Breslau, una ciudad que formaba parte  entonces del Imperio Germánico y que en la actualidad pertenece a Polonia. El abuelo de Georg, Valentine Händel, nacido en 1582, emigró a Halle en donde dos de sus hijos siguieron su profesión relacionada con la industria del cobre. El tercero de los hijos, Georg, nacido en 1622, se convirtió en cirujano. Aclaramos que la “Cirugía”  en ese momento era un oficio que se aprendía con el barbero y no como parte de la carrera de Medicina. Así lo hizo el joven Georg, quien, a la muerte de su maestro, se casó con la viuda. Después de 40 años de matrimonio Georg Händel enviuda a su vez y, a los 60 años se vuelve a casar rápidamente con Dorothea Taust, de 32. El primer hijo de ambos muere al nacer. El segundo viene al mundo el 23 de febrero de 1685 y es bautizado al día siguiente con el nombre de Georg Friedrich.

La vida musical alemana de esos días giraba principalmente alrededor de las pequeñas cortes, que eran muy numerosas. La Reforma hizo de la música el vehículo de la devoción personal, y la enorme producción de un tipo particular de música sacra para pequeños espacios, para el hogar, tanto en Alemania como en Inglaterra, muestra hasta qué punto debía ser alta la demanda de ese tipo de música en los hogares protestantes.

Georg Händel, el cirujano, parece haber odiado la música. Esperaba orientar a su hijo hacia la carrera de Derecho. Evidentemente el talento y el gusto por la música debe haber venido de parte de su madre, quien no parece haber tenido un talento musical particularmente destacado. De todas maneras hay que tener en cuenta que el hecho de haber sido la hija de un pastor luterano hace más probable que haya tenido algún tipo de educación artística.

Según todas las apariencias la inclinación de Händel por la música lo hizo acercarse intuitivamente a ella desde muy pequeño, a pesar de la negativa paterna a que estudiara con un profesor. A los 7 ingresa a la Escuela de Gramática Luterana y allí comienza a tomar lecciones de Canto y Música entre otras disciplinas. En algún momento, entre los 7 y los 9 años, acompaña a su padre a un viaje a Weissenfels, en donde los servicios médicos de Georg padre eran solicitados por el Duque. Un día le es permitido al pequeño Georg tocar en el órgano de la capilla del Palacio. El duque lo escucha y de inmediato conmina al padre a que se ocupe de desarrollar el talento musical de su hijo y lo prepare para una carrera musical. Así inicia sus estudios formales con el organista de la Iglesia Luterana de Halle, Friedrich Zachow.

En una época en donde las ediciones musicales ya impresas eran muy caras y escasas, la mayoría de las bibliotecas musicales particulares se basaban en manuscritos. La formación musical que recibió Händel no se fundamentaba únicamente en el estudio de la armonía y el contrapunto, sino en el conocimiento de las diversas escuelas musicales cuyas partituras Zachow le hacía copiar. Händel se formó así una biblioteca personal y esto le permitió conocer a fondo el arte y el estilo compositivo de maestros como Froberger, Krieger, Kerl, Heinrich Albert, Nicolaus Adam Strungk, entre otros. Se ha menospreciado muchas veces el talento pedagógico de Zachow; sin embargo el acceso que tuvo Händel a su biblioteca musical y las tendencias que este maestro le hizo conocer y dominar no lo describen como un profesor mediocre de provincia.

Tres días antes de cumplir 17 años, Händel se matricula en la Escuela de Leyes en Halle, pero la música debe haber sido su principal ocupación en aquellos días. El padre de nuestro protagonista había fallecido sin embargo en 1697. El compositor Telemann, 4 años mayor, lo menciona ya como un músico de cierta importancia en Halle cuando tiene su primer encuentro con Händel, alrededor de 1700. En 1702 es nombrado organista en la Catedral de Halle a pesar de que profesa la fe luterana. La Catedral era calvinista, y esta discrepancia se convierte en un gran escándalo. Este hecho da una idea bastante clara de lo confiable, talentoso  y aplomado que aparecía un jovencísimo Händel en la toma de responsabilidades. Será una característica permanente en él.

Según Edward Dent “durante el siglo XVII la mayor contribución de Alemania al arte musical fue religioso, así como los himnos alemanes lo fueron a la Poesía. En Italia, por otra parte, la música sacra tenía una menor importancia comparada con el desarrollo de la Ópera. Pero si tomamos a la Música en general, Italia era quien lideraba y Alemania se veía fuertemente influída por el sentido dramático italiano y esto se veía reflejado en las obras sacras.” Zachow estaba muy familiarizado con los maestros italianos.

Hacia 1700, la Ópera estaba establecida en toda Italia, solventada en su mayor parte por príncipes. Sin embargo en Venecia había otro sistema: los ciudadanos sostenían con sus aportes las producciones musicales. Era algo similar a los modernos abonos o suscripciones a conciertos. Los nuevos títulos debían ser atractivos “comercialmente” para el público y así se sostenían los teatros. En la Alemania católica se prefirió la ópera italiana por sobre la cantada en alemán. En la  protestante se prefirió durante el siglo XVII la alemana (acorde a los postulados religiosos) pero poco a poco se fue imponiendo aquí también la italiana.

Hay razones para creer que Händel visitó Berlin hacia 1703 y allí pudo ver las óperas que se ofrecían. Lo que es seguro es que llegó a Hamburgo durante el verano de ese mismo año. En ese momento Hamburgo era la ciudad operística más importante del norte de Alemania, y se manejaba con el sistema de Venecia, es decir, no dependiendo del patronazgo de la corte sino de empresarios teatrales.

En Hamburgo es donde toma contacto con Johann Matheson, músico, crítico y compositor. Es Matheson quien lo presenta al mundo musical hamburgués. Conoce a Reinhold Keiser, músico y empresario teatral e ingresa a la orquesta del teatro como segundo violín. Su talento musical es rápidamente reconocido y pasa a dirigir las obras desde el clave. De allí a estrenar una obra propia no pasa mucho tiempo: en la Pascua de 1704 estrena “La Pasión según San Juan” con un marcado éxito. A comienzos del año siguiente estrena dos óperas: Almira y Nero.

Es muy probable que entre 1703 y 1704 Händel haya hecho amistad con el Príncipe Gian Gastone de Medici, el hijo del Gran Duque Cosme III de Toscana. Aparentemente Gian Gastone le hace una invitación para viajar a Italia, que Händel rechaza con evasivas. La reputación moral del Príncipe era la peor; no es raro que Händel haya declinado acompañarlo. Viajará a Italia pero a su propio costo. Y no deberá favores.

La fecha de la partida de Händel de Hamburgo es un misterio. La siguiente información que tenemos de él lo ubica en Roma en enero de 1707.

Según Dent, Händel debe haber estado feliz de dejar Hamburgo; sin embargo esta ciudad no lo olvidó. Se lo menciona en un manifiesto teatral de 1708 como “amado y celebrado en Italia”. Barthold Feind, uno de los libretistas de ópera de Hamburgo, que en 1715 traducirá del inglés la ópera Rinaldo estrenada por Händel en Londres, lo llama “el incomparable Händel, el Orfeo de nuestro tiempo”; y desde 1715 hasta 1734 casi todas las óperas que nuestro protagonista estrenará en Londres se representarán en los escenarios de Hamburgo.

Un amplísimo horizonte artístico, profesional y personal se abriría ante él: Italia.

 

María Laura Del Pozzo
Pianista. Profesora del Conservatorio Superior de Música “Manuel de Falla”
Buenos Aires – Argentina
Correo electrónico: lauradelpozzo@yahoo.com.ar

 

Bibliografía:

Dent, Edward: Händel.

Mainwaring, John: Memoirs of the life of the late George Frideric Händel, Londres 1760. Interesantísimo material, el primer libro sobre Händel. Disponible en internet.


              

Escrito por María Laura del Pozzo
Desde Argentina
Fecha de publicación: Julio de 2009.
Artículo que vió la luz en la revista nº 0012 de Sinfonía Virtual

 
 

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