Título: I libretti italiani a stampa dalle origini al 1800 [Los libretos italianos impresos desde los orígenes hasta 1800]
Autor: Claudio Sartori
Editorial: Bertola & Locatelli Editori
Volúmenes: 7
Páginas: 500 aprox. por volumen
Idioma: Italiano
Año: 1990-4
El presente catálogo –publicado entre 1990 y 1994, fruto de varias décadas de trabajo– constituye el mayor legado del musicólogo italiano Claudio Sartori, fallecido precisamente en 1994. Es el catálogo de libretos más ambicioso jamás escrito, con mucha diferencia respecto a cualquier otro catálogo anterior: siete volúmenes de gran tamaño que pretenden recoger todos los libretos imprimidos entre 1600 y 1800 (sin contar algunas obras del siglo XVI), relacionados de una forma u otra con Italia. Incluye originales italianos, libretos traducidos al italiano o traducciones del italiano a otras lenguas, que suman en total unas 25.000 entradas. El interés central del catálogo es, por supuesto, la ópera, aunque también incluye otro tipo de espectáculos melodramáticos con libreto como oratorios, intermedios o balli. Desde su publicación es el catálogo de libretos por excelencia para musicólogos y estudiosos de la literatura de los siglos XVII y XVIII.
La tradición de realizar catálogos operísticos es una característica central de la historia de la ópera desde sus inicios, que aún no ha sido considerada como merece. Desde 1666 –con el catálogo de Leone Allacci– no han dejado de publicarse catálogos dedicados a la historia de la ópera en general, y otros tantos dedicados a etapas o regiones concretas de su historia (desde Le memorie de Ivanóvich publicado en 1681 dedicado a la ópera veneciana, hasta el catálogo de Robert Lamar y Norma Wright Weaver de 1978 dedicado a la ópera florentina, por citar dos casos distintos), pero nunca se había realizado una empresa de tal envergadura.
Era además una tarea necesaria, tanto desde el punto de vista historiográfico como musicológico en general, pues el centro de la vida musical de la vida italiana sería durante mucho tiempo, precisamente, la ópera. Todo conservatorio o facultad de musicología que se precie debería tener un ejemplar de este catálogo, pues no se trata sólo de entender un género artístico, sino de atender a una parte esencial de la historia de la música que resulta, por su magnitud y complejidad, incomprensible sin esta labor de catalogación.
Los cinco primeros volúmenes de I libretti italiani a stampa dalle origini al 1800, conocido como Catálogo Sartori, clasifican los libretos por orden alfabético, de la A a la Z, atendiendo a sus títulos. A cada título acompaña la información editorial básica (editor, año, ciudad) y otros datos conocidos (compositor, libretista). Puede ver un ejemplo pinchando aquí. Cada volumen ronda las quinientas páginas y su relación es la siguiente:
- Volumen 1: A-B.
- Volumen 2: C-D.
- Volumen 3: E-K.
- Volumen 4: L-Q.
- Volumen 5: R-Z.
Los dos volúmenes restantes incluyen un total de 16 índices que sirven para bucear con criterio por los cinco volúmenes anteriores. (Los 15 primeros índices los encontramos en el sexto volumen; el decimosexto índice ocupa el séptimo volumen.) Estos índices son los siguientes:
- Volumen 6: (Puede ver un ejemplo pinchando aquí.)
- Ciudades
- Libretistas
- Compositores
- Empresarios
- Escenógrafos
- Coreógrafos
- Figurinistas
- Director de batallas y/o torneos
- Directores de escena y tramoyistas
- Directores de orquesta
- Clavecinistas
- Violinistas
- Otros instrumentistas
- Profesores
- Danzas
- Volumen 7: 16) Índice de cantantes. (Pueden ver un ejemplo pinchando aquí.)
De todos estos índices, los más importantes son los cuatro relativos a ciudades, libretistas, compositores y cantantes, que no sólo incluyen la referencia a la página de los títulos hallados en los cinco primeros volúmenes (como ocurre con el resto de índices), sino que reproducen de nuevo la información básica para ahorrar al lector el trabajo de pasar de un volumen a otro.
El estudioso quizá eche en falta un índice cronológico para consultar los libretos imprimidos en periodos de tiempo concretos; aunque no sea una limitación irresoluble (el interesado siempre podrá tomarse el trabajo de realizar ese índice apoyándose en el Catálogo Sartori, donde por supuesto aparecen las fechas correspondientes), constituye sin duda una restricción que el editor puede solucionar con facilidad y que al estudioso le ahorraría un gran esfuerzo.
Por otra parte, el catálogo es exhaustivo, pero no puede ser perfecto debido a la dispersión de las fuentes y a la dificultad de aunar criterios de búsqueda: se descubren libretos nuevos cada cierto tiempo y algunos están ausentes del catálogo simplemente porque no llegaron a ser conocidos por Sartori, aunque ya lo fueran por otros especialistas. Es difícil –y quizá injusto– pedir una exhaustividad completa a un catálogo que recoge miles de libretos y que incluye doscientos años de historia (“dalle origini al 1800”), pero hay etapas donde sí podría pedirse una revisión. El inicio de la ópera, por ejemplo, tendría que ser uno los apartados más importantes de un catálogo como este, aunque también sea uno de los más complicados. Hay tantas óperas en el siglo XVIII que sería extravagante reprochar una carencia. Sin embargo, entre 1597 y 1637, por ejemplo, faltan al menos la mitad de las óperas representadas en distintas ciudades (estamos hablando, por supuesto, de unas pocas decenas), lo que, desde el punto de vista práctico, resulta más grave.
En último lugar, la limitación a los libretos “impresos” podría dejar lugar, en el futuro, a un trabajo aún más ambicioso, que incluyera también obras representadas (aunque no impresas), en diversas épocas; en el siglo XVII, por ejemplo, esta información puede cambiar de manera esencial nuestra manera de entender la ópera.
Por esto y por otras razones sería deseable que alguna institución musicológica respetable –como el Ufficio Ricerca Fondi Musicali (URFM) de la imponente Biblioteca Nacional Braidense de Milán, fundado por el propio Sartori en 1965–, en colaboración y contacto permanente con otras instituciones, se hiciera cargo del Catálogo como un trabajo revisable y ampliable cada cierto tiempo. La obra es titánica y valiosa como está, pero merece una continuidad histórica que sólo puede garantizar un trabajo editorial colectivo, como ha ocurrido con otras obras hoy consideradas clásicas, a pesar de su longevidad. Es una oportunidad que tendría que aprovecharse cuanto antes: si se trabaja año tras año, con el tiempo podríamos tener –como ocurre, por ejemplo, con los diccionarios Grove– una obra colectiva viva e irrenunciable de la vida musicológica, y no sólo tendríamos que hablar de las óperas estrenadas hasta 1800, sino que podríamos llegar al siglo XXI. Si se sigue este camino, el catálogo Sartori no sólo será el mayor catálogo de su momento histórico, como ya lo es, sino el inicio de un trabajo revolucionario en el ámbito del estudio de la ópera. Los estudios operísticos podrían mejorar mucho si existiera un único catálogo como referencia académica universal.
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En su momento sólo se imprimieron 1000 copias de este catálogo, en una edición de lujo en general difícil de adquirir. Nos pusimos en contacto con la editorial para publicar esta reseña y nos propusieron –sin que nosotros ganemos nada en ese trámite– que nuestros lectores pudieran adquirirla a un precio mejorado; concretamente, un 10% más barata. Naturalmente, no sólo nos pareció bien sino que nos alegraría saber que los lectores españoles, las bibliotecas y otras instituciones, adquieren el catálogo gracias a nuestra reseña. Sólo tienen que ponerse en contacto con nosotros a través de la siguiente dirección: director@sinfoniavirtual.com, donde les facilitaremos el contacto con la editorial y un código que podrán presentar para conseguir el precio mejorado. Toda la información editorial la tienen en la siguiente dirección: www.italianlibretto.com
Escrito por Daniel Martín Sáez
Desde España
Fecha de publicación: Verano de 2015
Artículo que vió la luz en la edición nº 29 de Sinfonía Virtual
www.sinfoniavirtual.com
ISSN 1886-9505
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